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«Debemos intensificar nuestra vigilancia en relación al deterioro de las condiciones y garantías del ejercicio de la profesión de abogado»

Entrevista a Urquiola de Palacio, nueva presidenta de la Unión Internacional de Abogados (UIA)

«Debemos intensificar nuestra vigilancia en relación al deterioro de las condiciones y garantías del ejercicio de la profesión de abogado»

  • 1-12-2022 | LA LEY
  • Conversamos con Urquiola de Palacio, elegida el pasado mes de octubre nueva presidenta de la Unión Internacional de Abogados (UIA), organización mundial y multicultural para la abogacía creada en 1927 con miembros presentes en 110 países.
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Fernando Cameo.- La Unión Internacional de Abogados (UIA) es una organización mundial y multicultural para la abogacía, creada en 1927. Hoy en día está formada por miembros presentes en 110 países.

El pasado mes de octubre, en la ceremonia de clausura de su 66.º Congreso anual celebrado en Dakar, la española Urquiola de Palacio fue nombrada nueva presidenta de la Asociación, sucediendo en el cargo a Hervé Chemoul.

Miembro de la UIA desde 2011, Urquiola de Palacio del Valle de Lersundi es abogada en ejercicio desde 1992 y Socia Directora de Palacio y Asociados, Abogados. Especializada en Derecho Civil y Mercantil, Derecho Europeo y Derecho Internacional, la nueva presidenta de la UIA es también árbitro desde 2003 y vicepresidenta del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid y presidenta de la Corte de Arbitraje de Madrid desde 2019. Además, Urquiola es presidenta del Centro de Mediación Empresarial de Madrid y miembro del Consejo de Colegios de Abogados de la Comunidad de Madrid.

Hemos hablado con Urquiola de Palacio para saber más de la Asociación que preside y conocer su opinión sobre otros temas de actualidad del mundo del Derecho.

Diario LA LEY: ¿Qué es la Unión Internacional de Abogados (UIA) y cuáles son, a grandes rasgos, los objetivos que persigue?

Urquiola de Palacio: Es una gran organización internacional. Se trata de una asociación muy veterana, de hecho, la más veterana, fundada en 1927. Imagínese, se trataba de un tiempo, donde la Sociedad de Naciones, daba sus primeros pasos en materia de derecho internacional, de los derechos humanos; es la época de la convención sobre la esclavitud de 1926, o de los primeros acuerdos parciales relativos a los derechos de los refugiados —provenientes de la revolución rusa o de Armenia—, que culminaron con la creación del Alto Comisionado, único para el conjunto de la organización, en 1938, por ejemplo.

Este origen marca nuestra vocación. La UIA ha sido, durante este dilatado periodo, un promotor de los Derechos Fundamentales, de la efectiva, práctica y concreta implantación del Estado de Derecho como sistema de garantías en cada ordenamiento jurídico, y del derecho internacional como sistema de reglas para la solución pacífica de los conflictos entre Estados.

Estos fueron nuestros objetivos fundacionales, y siguen siendo nuestros objetivos en un entorno moderno donde las carencias han cambiado de aspecto, pero no de sustancia.

La UIA ha sabido adaptarse al proceso de globalización, sobre todo por la fluidez, permeabilidad, transparencia e inmediatez con que fluye la información y se facilita la participación, y, significativamente, cuenta con implantación en más de 110 países.

En este sentido, la UIA es una asociación abierta a todos los abogados del mundo, tanto generalistas, como especialistas, con o sin proyección internacional, que reúne asimismo a otros profesionales del derecho, como jueces, docentes y estudiantes de derecho. Plurilingüe y multicultural, la UIA es la única gran organización internacional de abogados que tiene como idiomas de trabajo el francés, el inglés y el español.

DLL: ¿Qué la diferencia de la IBA (Asociación Internacional de Abogados)?

UDP: Me gustaría más subrayar los aspectos comunes que nos unen, y que son muchos. Nos encontramos ante desafíos globales que requieren, cada vez más, de una acción decidida de la sociedad civil, a la que pertenecemos y representamos, a nivel internacional. Por eso el asociacionismo internacional es fundamental.

Sólo la creación de una opinión pública crítica, con proyección global, permitirá denunciar y atajar las múltiples amenazas globales que condicionan y condicionarán nuestra forma de vida a nivel de cada persona, de forma muy concreta y muy «local». No todos los desafíos se producen en el mundo jurídico; pero muchos de los más importantes sí se manifiestan en este ámbito. Por eso las asociaciones que defendemos el Estado de derecho, más que competidoras, formamos una hermandad.

Dicho lo anterior, la IBA es una asociación que —por origen y tradición— se encuentra principalmente centrada en la cultura jurídica de la «Common Law» y, su implantación, refleja en gran medida esta circunstancia. La UIA, por el contrario, aglutina las más variadas tradiciones jurídicas.

En materia de «Estado de Derecho», cuya defensa es nuestro común denominador, es sabido que el concepto se enriquece con varios orígenes; de la «common law» recibe el sistema de garantías procesales, de la tradición francesa recibe la arquitectura de los límites del poder político en materia de derechos fundamentales, y de los juristas alemanes las reglas de la técnica normativa para que el ordenamiento jurídico se construya como un todo racional.

En este sentido, creo que el «mestizaje» de tradiciones jurídicas, que refleja la UIA, supone un plus de enriquecimiento y permite integrar —sin desvirtuar los fundamentos— la diversidad y particularidades de cada sistema jurídico.

DLL: Dos mujeres, y españolas (recientemente Almudena Arpón ha sido elegida también presidenta de la IBA) al frente de las dos organizaciones internacionales más representativas de la profesión. Algo querrá decir

UDP: Permítame que aproveche la oportunidad para felicitar a Almudena Arpón de Mendívil por su elección y que felicite a la International Bar Association (IBA) por el buen criterio mostrado con esta elección, porque es una abogada extraordinaria y estoy segura que realizará una gran labor al frente de la Asociación.

La coincidencia de dos mujeres españolas al frente de dos importantes organizaciones internacionales es cuando menos una feliz coincidencia, y puede verse como el resultado de lo que ahora se ha puesto de moda llamar el «empoderamiento» de la mujer.

Si lo analizamos como un proceso dinámico —tomando por ejemplo el período de vida de la UIA— es cierto que el avance de la mujer en la profesión ha sido espectacular, en nuestro país y en muchos otros. Prueba de que no es solo predicable de España es que otras organizaciones internacionales de abogados también están presididas por mujeres de otras nacionalidades —como la American Bar Association (ABA), actualmente presidida por la norteamericana Deborah Enix-Ross, o la Federación de Colegios de Abogados de Europa (FBE), en la que en 2023 tomará posesión como presidenta la polaca Izabela Konopacka—.

Yo, que he nacido en el seno de una familia numerosa en la que se nos dio a hermanos y hermanas una educación plenamente igualitaria, y que fui educada con el convencimiento de que trabajando duro no hay meta dentro de tu ámbito de desempeño, por alta que pueda parecer, que esté fuera del alcance de uno; veo normalidad. Lo realmente importante es que cada vez sea más general esa percepción de igualdad real, porque querrá decir que no nos quedamos en avances «cosméticos», si no que los avances en igualdad son reales y concretos. Viéndolo en el contexto de la UIA, con su presencia en tantas regiones diversas del mundo, me doy cuenta de que el grado de avance es dispar y que hay camino por recorrer.

DLL: ¿Qué supone para usted este nombramiento a nivel profesional? ¿Y personal?

UDP: Supone ante todo un desafío tanto personal como profesional. Tiene una parte que quizás resulta la más visible de viajes, de actos institucionales, de ajetreo, que brinda la oportunidad de encuentro con muchas otras culturas... Pero más allá de eso, es un momento en que tienes que enfocar y reforzar tu capacidad de análisis, tienes que hacer un esfuerzo especial para trabajar en equipo, para escuchar atentamente y para marcar prioridades y fijar objetivos.

Una organización como la UIA es un espacio de diálogo que funciona como una carretera de doble sentido, de forma centrípeta circula la más variada información en relación a la realidad jurídica que nuestros asociados nos transmiten desde, prácticamente, todos los puntos del planeta. De forma centrífuga intentamos diseminar a todos los integrantes de nuestra asociación, y a la opinión pública, una síntesis, razonada y matizada, de los aspectos más significativos, de las incidencias y de las denuncias necesarias, sobre la base de la información recibida.

Dese cuenta de que una organización tan amplia se enfrenta siempre a dos riesgos inevitables, la disgregación por falta de cohesión y la dispersión por la excesiva multiplicación de propósitos.

Desde ese punto de vista, lograr reforzar la asociación, mejorarla como espacio de diálogo, y hacer partícipes a todos nuestros asociados de ese proceso de «síntesis» con el objeto de centrarnos en aspectos generales que nos interesan a todos, o en aspectos particulares de notable trascendencia, es, fundamentalmente, el núcleo del desafío que para mí constituye presidir la UIA.

DLL: La UIA está formada por miembros presentes en 110 países de los cinco continentes. Pese a su disparidad política, social o cultural, ¿existen problemas comunes a los abogados de todo el mundo?

UDP: Sí, claro que existen problemas comunes. Es más, podría decirse que, en nuestra aldea global, los problemas son comunes, aunque se manifiesten de forma diferente en cada lugar. Baste leer el informe del Relator Especial de Naciones Unidas Sobre la Independencia de Jueces y Abogados, que da cuenta de un deterioro generalizado de las garantías en el ejercicio de la abogacía, que es un deterioro del Estado de Derecho; por citarlo textualmente, el informe constata entre sus conclusiones una «[…]tendencia creciente a nivel global de prácticas que menoscaban, limitan, restringen u obstaculizan el ejercicio de la abogacía»; y dice que «Ello ocurre especialmente cuando su actividad se orienta a la lucha contra la corrupción, la defensa de los derechos humanos o la protección de grupos en situaciones vulnerables […]».

Hay además otros desafíos de los que se ocupa la UIA; por ejemplo la incidencia de las nuevas tecnologías —hablaremos luego de eso—, los problemas de salud y del bienestar en la profesión (Seminario de New York), o, por ejemplo el lugar de la mujer en la profesión, sobre todo en las posiciones de liderazgo ( Comité de Mujeres de la UIA) —también hablaremos de eso—.

DLL: ¿Cuáles son los principales retos que quiere afrontar en su mandato?

UDP: Muy esquemáticamente podría dividirlos entre organizacionales y operativos. Los importantes para la opinión pública son los segundos, naturalmente.

Desde el punto de vista interno tenemos que recuperar, tras el COVID, la normalidad y la presencialidad, sólo esto nos permite tener visibilidad ante la opinión pública y ante los organismos internacionales.

Desde el punto de vista operativo, tenemos que mantener y reforzar nuestras iniciativas en relación a la guerra de Ucrania. En particular reforzar el ya existente canal de denuncias de crímenes contra la humanidad, en cooperación con los Colegios de Abogados de Polonia y Ucrania, así como otras medidas de apoyo y cooperación.

En relación a la situación internacional general, debemos intensificar nuestra vigilancia en relación al deterioro de las condiciones y garantías del ejercicio de la profesión de abogado, puesta de manifiesto por el Relator Especial de Naciones Unidas.

Como aspecto positivo, cabe señalar que el Consejo de Europa está dando pasos decididos para la elaboración de un convenio internacional en materia de garantías del ejercicio de la profesión de abogado, y la UIA participa en el Comité de Expertos que elabora dicho proyecto. Debemos intentar culminar con éxito este proyecto aportando toda nuestra experiencia y todo nuestro apoyo. Quiero subrayar que en el proyecto se contempla la posibilidad de incorporación de países no miembros del Consejo de Europa al convenio; en este sentido, sin perjuicio de lo anterior, también es un propósito estratégico de la UIA fomentar que países no miembros del Consejo de Europa suscriban el texto o que, sobre el modelo de dicho convenio, se generalicen iniciativas con igual propósito en otras áreas geográficas.

DLL: Conozcamos ahora un poco más la organización que va a presidir. En la UIA existen más de cuarenta Comisiones. ¿Cuál es su papel? ¿Cómo trabajan?

UDP: Las comisiones de la UIA se estructuran en torno a distintos ámbitos del derecho (familia, trabajo, contratos, arbitraje internacional, derechos humanos, etc.). Las comisiones de la UIA permiten a nuestros miembros acceder a las experiencias de sus colegas de todo el mundo, así como compartir y mejorar sus conocimientos. También son responsables del contenido científico de la UIA a través de nuestros seminarios y de nuestro congreso. Asimismo, las comisiones participan en publicaciones, podcasts, boletines informativos y a nuestra revista Juriste International y en línea publican artículos para nuestra página Web.

Además, la UIA, gracias al trabajo científico de sus comisiones, posee un estatus consultivo especial ante las Naciones Unidas y participativo ante el Consejo de Europa. Está representada en las principales sedes de las Naciones Unidas (Nueva York, Ginebra y Viena), tiene estatus de Consultor en la Unión Europea y participa en el Global Forum on Law Justice and Development, que anima el Banco Mundial.

DLL: Junto a los comités nacionales de los países presentes en la UIA, existe un «Comité de las Mujeres». ¿Siguen siendo necesarios este tipo de órganos?

UDP: Por desgracia todavía en muchas regiones del mundo estamos muy lejos de que las mujeres alcancen una igualdad efectiva de derechos, de oportunidades, y un reconocimiento social pleno en todos los países. No se trata de promover ninguna ideología feminista, que sería contraria a la neutralidad ideológica de la UIA; se trata de combatir la discriminación allí donde se produce.

La discriminación es un concepto específicamente jurídico desarrollado por tribunales nacionales e internacionales, muy especialmente en el ámbito de los derechos humanos, con la notable aportación de tribunales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Por otro lado, si Naciones Unidas instituyó la figura del Relator Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, en 1994, y mantiene esta figura en la actualidad, esto nos da una pista de la necesidad de mantener una especial atención sobre esta faceta de la discriminación que, incluso en la actualidad, se presenta bajo la forma más brutal de la agresión física y/o sexual.

Si además constatamos que el último informe de la Relatora Especial de 12 de julio de 2021 se refiere a la evaluación de los mecanismos de prevención del feminicidio —esto es del asesinato de mujeres—, fenómeno ligado a la discriminación que se sigue produciendo, parece claro que resulta absolutamente necesario mantener este tipo de órganos.

En el ámbito de actuación de su Comité de Mujeres, la UIA ha proclamado en este año 2022 la Carta de Principios Fundamentales sobre el acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia; y el pasado 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, difundió el libro blanco Las mujeres en el mundo, violencias particulares, ¿derechos específicos?.

DLL: Una «Red de Jóvenes Abogados», el Programa UIAMentor… ¿Es una preocupación específica de la UIA el apoyo a los jóvenes profesionales?

UDP: Se trata sin duda de una de las prioridades de la UIA, la de asegurar la integración de los jóvenes para que se involucren de manera activa y comprometida con los principios y valores de la asociación.

A este fin, el Subcomité de Jóvenes Abogados se fundó durante el 56º Congreso que se celebró en Dresde en 2012, con la intención de dar soporte a los jóvenes miembros y ayudar a jóvenes abogados a cumplir sus objetivos, expandir sus redes y promover sus carreras. Asimismo, el Subcomité sirve de foro en el cual los miembros pueden conocer a otros jóvenes miembros e involucrase más en sus comisiones favoritas y en la vida de la UIA.

Los objetivos del Subcomité de Jóvenes Abogados son identificar, debatir y promover temas que afecten a los jóvenes abogados tanto a nivel mundial como dentro de la UIA. Intentamos conseguir esto por medio de comunicaciones permanentes con otras comisiones de la UIA de manera que sus actividades y programas puedan llegar a los jóvenes abogados, permitiéndoles incluso participar directamente en las mismas como ponentes.

DLL: ¿Qué es la «Red UIAdvance»?

UDP: UIAdvance es una red de despachos de abogados con proyección internacional.

El reto de la UIAdvance as ampliar el alcance internacional de los despachos y reforzar su marca mediante una serie de mecanismos y herramientas. Sus miembros pueden participar en eventos exclusivos para desarrollar relaciones con otros miembros de UIAdvance; se incluye en esta membresía la adhesión completa a UIA para 5 de sus socios; y se incluyen ventajas —en ocasiones ofreciéndoles productos y servicios de modo gratuito y en otras con precios especiales— y acciones con impacto de visibilidad muy valoradas por los departamentos de Marketing de los despachos.

DLL: ¿Y el «UIA-IROL»?

UDP: Tiene como misión promover el Estado de derecho y tratar cuestiones puntuales de derechos humanos. Concretamente, el UIA-IROL apoya y defiende en particular a los abogados, jueces, defensores, colegios de abogados y otras organizaciones de abogados y defensores de los derechos humanos que se ven intimidados, amenazados y/o perseguidos en el ejercicio de sus profesiones, así como a la independencia de las profesiones jurídica y judicial y los Principios Básicos de las Naciones Unidas sobre la Función de los Abogados.

El UIA-IROL también puede coordinar acciones e iniciativas concretas en materia de Justicia Penal Internacional, Derechos Humanos y Empresas y Derechos Humanos, incluso en colaboración con la Comisión de Justicia Penal Internacional de la UIA, la Comisión de Derechos Humanos de la UIA y la Comisión de Empresas y Derechos Humanos de la UIA respectivamente.

Además, puede también crear grupos de trabajo adicionales, equipos, secciones o subsecciones adicionales para fines específicos, incluso junto con las otras Comisiones de la UIA que resulten relevantes en su tarea.

DLL: La transformación digital lo invade todo, también el mundo jurídico. Un informe de 2019 de The Law Society (el colegio de abogados británico) sobre el uso de la tecnología en el sector afirmaba que el 15% de los grandes bufetes británicos había reemplazado abogados cualificados por sistemas automatizados en los tres años anteriores. Y esto no ha hecho nada más que empezar. Con datos así y para terminar, ¿cómo ve el futuro de la profesión?

UDP: Si me permite la expresión, esto es un melón enorme. El impacto de la transformación digital y las tecnologías en el mundo jurídico va mucho más allá del impacto que tienen sobre el ejercicio de la profesión como aspecto específico de la cuestión.

El impacto de las tecnologías y de la transformación digital en el mundo jurídico es brutal y total. El derecho a la intimidad se encuentra amenazado desde todas sus facetas, continuamente se producen nuevas formas de agresión. Las garantías tradicionales frente a la actuación de los poderes públicos se ven mermadas, se intenta socavar el derecho de secreto profesional en las relaciones con el abogado que es una de las bases del Estado de Derecho.

El único camino que nos queda es manejar nuestras herramientas jurídicas —las que conocemos— para aplicarlas a nuevas circunstancias o realidades; esto también implica adaptar esas herramientas jurídicas, pero buscando que las soluciones sean «aceptables» de acuerdo con nuestros cánones y principios tradicionales. Véase, por ejemplo, cómo se va «encajando» la tecnología blockchain en los marcos jurídicos (contratación) y en los mecanismos de control y prevención del delito (criptomonedas).

En relación a las condiciones de ejercicio de la profesión, la situación es, también, de cambio disruptivo. Todas las herramientas que mejoren nuestra eficiencia serán incorporadas, aunque esto provoque una «convulsión» en el mercado de servicios jurídicos.

Pero la incorporación de tecnologías no puede ir más allá de la mejora de la eficiencia. La función de estos instrumentos tecnológicos debe dar lugar a una relación profesional entre el abogado, su cliente y la Justicia, como decía antes, que sea «aceptable» de acuerdo con nuestros cánones y principios tradicionales, esto es con los principios del Estado de derecho (en particular, con la igualdad de partes en el proceso), con los derechos fundamentales, con la seguridad jurídica, etc.

Es cierto que asistimos a avances espectaculares en la justicia predictiva, por ejemplo. Sin embargo, la presencia de un abogado nunca puede ser sustituida por sistemas automatizados, aunque pueda ahorrar tiempo en ciertas tareas administrativas, y ello porque al final siempre tiene que haber un responsable, y en esta materia el responsable es el abogado que es el profesional que presta el servicio, bajo unas condiciones de prestación y con unas garantías.

Varias comisiones dentro de la UIA están investigando estos temas, en particular la comisión para el futuro del abogado, la de organización de bufetes de abogados y la comisión de nuevas tecnologías reflexionan y asesoran sobre estos temas.

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