Cargando. Por favor, espere

China contará con un sistema de crédito social para ciudadanos, administraciones y empresas

Fernández Hernández, Carlos

Diario La Ley, Nº 67, Sección Ciberderecho, 1 de Diciembre de 2022, LA LEY

LA LEY 7424/2022

El concepto de crédito social se refiere a dos cosas diferentes: la solvencia financiera tradicional y la solvencia social. El primero documenta el historial financiero de personas físicas o empresas y predice su capacidad para pagar futuros préstamos. El crédito social se basa en el principio de que, al igual que la calificación crediticia financiera ayuda a evaluar la solvencia de una persona, el "crédito social" puede ayudar a las personas a evaluar la fiabilidad de los demás en otros aspectos.

A mediados del pasado mes de noviembre, el gobierno de la República Popular China presentó a consulta pública el texto de una futura "Ley para el establecimiento de un sistema de crédito social".

Según se explica en la exposición de motivos de esta norma, la expresión "establecimiento de un sistema de crédito social", tal y como se utiliza en esta Ley, se refiere a que el Estado movilice y dirija al gobierno, al mercado y a todas las fuerzas sociales para promover el establecimiento de la solvencia en los asuntos gubernamentales y comerciales, la solvencia de la sociedad y la credibilidad judicial; la mejora de los sistemas de información crediticia, la regulación del manejo de la información crediticia, el fortalecimiento de la regulación crediticia, la finalización de los mecanismos institucionales que alaban la solvencia y castigan la falta de solvencia, y el avance en el establecimiento de una cultura de solvencia.

Tal como explica Drew Donnelly explica en nhglobalpartners.com este sistema de crédito social es un amplio marco normativo destinado a informar sobre la "fiabilidad" de las personas, las empresas y las entidades gubernamentales de todo el país.

Pero no se trata de un sistema enteramente nuevo, pues hasta ahora, su desarrollo se ha guiado por un documento de política nacional conocido como "Esquema de planificación para la construcción de un sistema de crédito social (2014-2020)".

Como destaca Zeyi Yang en la MIT Technology Review, para la mayoría de las personas fuera de China, las palabras "sistema de crédito social" evocan de forma instantánea una red de tecnologías al estilo de la serie Black Mirror que califica automáticamente a todos los ciudadanos chinos según lo que hicieron bien o mal. Pero, según este autor, la realidad es que ese sistema aterrador no existe, y que el Gobierno central tampoco parece tener muchas ganas de construirlo.

Por el contrario, continúa Yang, el sistema en el que el Gobierno central ha estado trabajando lentamente durante los últimos años es más bien una combinación de intentos de regular la industria del crédito financiero, permitir que las agencias gubernamentales compartan datos entre sí y promover los valores morales sancionados por el estado, por muy indefinido que suene ese último objetivo en particular. Pero, en su opinión, todavía no hay evidencia de que se haya abusado de este sistema para un control social generalizado (aunque sigue siendo posible que se pueda usar para restringir los derechos individuales).

Y es que, añade Yang, la futura nueva ley se mantiene más bien cercana a las reglas locales relativas a la recopilación de datos de sus ciudadanos y a sus métodos de castigo por la infracción de determinadas normas, que ciudades chinas como Shanghái han publicado y aplicado en los últimos años. Unas reglas locales a las que esta nueva ley vendría a dar un sello de aprobación central.

Hasta la fecha, este sistema de crédito social se ha implantado ampliamente en toda China, y se calcula que el 80% de las provincias, regiones y ciudades han

introducido alguna versión del sistema o están a punto de hacerlo. En particular, la implantación del sistema para las empresas, conocido como "calificación del crédito social empresarial", está especialmente avanzada: Más de 33 millones de empresas en China ya han recibido una puntuación bajo alguna versión del sistema de crédito social corporativo.

El mejor ejemplo es la ciudad de Rongcheng, una pequeña ciudad con solo medio millón de habitantes situada al nordeste del país, que ha implementado probablemente el sistema de puntuación de crédito social más famoso del mundo. En 2013, la ciudad comenzó a dar a cada residente una puntuación de crédito personal base que constaba de 1.000 puntos que cambian dependiendo de sus buenas y malas acciones. Por ejemplo, en una normativa de 2016 que ha sido renovada desde entonces, la ciudad decidió que "difundir información dañina en WeChat, foros y blogs" significaba quitar 50 puntos, mientras que "ganar una competición deportiva o cultural a nivel nacional" significaba agregar 40 puntos. En un caso extremo, un residente perdió 950 puntos en el período de tres semanas por distribuir repetidamente cartas online sobre una disputa médica.

Pero todo ello no significa, según estos expertos, que se esté aplicando alguna tecnología avanzada, como la inteligencia artificial, para la gestión del sistema. Al parecer este sería otro mito sobre el sistema de crédito social de China: la gente imagina que para realizar un seguimiento de los comportamientos sociales de más de mil millones de personas, debe haber un poderoso algoritmo central capaz de recopilar y procesar los datos, pero, según señalan, los algoritmos utilizados para ello son relativamente sencillos.

Características del sistema de control social chino

Según Donelly, los aspectos más relevantes de este nuevo sistema son:

1. El objetivo del sistema de crédito social de China es proporcionar una evaluación holística de la fiabilidad de un individuo o de una empresa.

2. Las consecuencias de una mala puntuación de crédito social pueden ser graves. Puede afectar a las perspectivas de viaje, al empleo, al acceso a la financiación y a la capacidad de celebrar contratos. Por otro lado, una puntuación crediticia positiva podría facilitar una serie de transacciones comerciales.

3. Es esencial que cualquier empresa extranjera que consolide o establezca su presencia en China busque asesoramiento profesional para gestionar una puntuación de crédito social. Esto se aplica tanto a las puntuaciones individuales como a la puntuación de crédito social de la empresa.

La noción de crédito social

Según Yang, cuando el Gobierno chino habla de crédito social, se está refiriendo a dos cosas diferentes: la solvencia financiera tradicional y la "solvencia social", ambas extraen datos de una amplia variedad de sectores.

El primero es un concepto familiar en Occidente: documenta el historial financiero de personas físicas o empresas y predice su capacidad para pagar futuros préstamos. Debido a que la economía de mercado en la China moderna es mucho más joven, el país carece de un sistema fiable para consultar los registros financieros de otras personas y empresas. Por ello, construir un sistema de este tipo, destinado a ayudar a los bancos y otros actores del mercado a tomar decisiones comerciales, es una misión esencial y no muy controvertida. La mayoría de los documentos normativos chinos se refieren a este tipo de crédito con una palabra específica: "zhengxin”, que algunos expertos han traducido como "informe crediticio".

La "solvencia social", es una noción más sorprendente. Básicamente, el Gobierno chino indica que debe haber un mayor nivel de confianza en la sociedad y, para fomentar esa confianza, el Gobierno lucha contra la corrupción, las estafas de telecomunicaciones, la evasión de impuestos, la publicidad engañosa, el plagio académico, la falsificación de productos, la contaminación... casi contra todo. No solo los individuos y las empresas se responsabilizan de eso, sino también las instituciones jurídicas y las agencias gubernamentales.

Y aquí, señala Yang, es donde las cosas se empiezan a poner confusas. El Gobierno parece creer que todos estos problemas están de alguna manera ligados a la falta de confianza y que generar confianza requiere una solución única para todos. De esta manera, parece impulsar el hecho de que, al igual que la calificación crediticia financiera ayuda a evaluar la solvencia de una persona, de alguna forma el "crédito social" puede ayudar a las personas a evaluar la fiabilidad de los demás en otros aspectos.

Según Donally, este sistema de crédito social de China se orienta a los siguientes objetivos:

- La solvencia financiera

Como en la mayoría de los países, las empresas y los individuos necesitan una forma de evaluar si otros son una apuesta segura para prestar/extender bienes a crédito. El sistema de crédito social pretende subsanar esta carencia del ecosistema financiero y empresarial chino.

- Ejecución judicial

La ejecución de las decisiones judiciales ha resultado especialmente difícil en China. Parte del propósito del sistema de crédito social es encontrar nuevos mecanismos de ejecución para las leyes y decisiones judiciales existentes.

- Confianza comercial

Se trata de mejorar los mecanismos de cumplimiento y lucha contra el fraude de las empresas comerciales y de quienes participan en ellas.

- Confianza social

Este propósito se refiere al objetivo más amplio del sistema de crédito social de apoyar una sociedad más "moral", valorando la honestidad, el trabajo duro y la devoción a la familia.

- Integridad gubernamental

El sistema de crédito social es "autorreflexivo": los propios burócratas y políticos se someterán al régimen, con el objetivo de reducir la corrupción.

Siempre de acuerdo con este analista, estos objetivos de alto nivel se alcanzarán a través de tres mecanismos prácticos clave:

- Recogida e intercambio de datos

El elemento fundamental del sistema de crédito social son los datos. A través del sistema, los organismos gubernamentales centrales, regionales y municipales, así como los agentes privados, recopilan y comparten los datos. A continuación, se utilizan algoritmos de "big data" para procesar esos datos de manera significativa.

- Elaboración de listas negras y rojas

Los datos adquiridos se utilizan para añadir individuos y empresas a listas (algunas públicas, otras no).

- Castigos, sanciones y recompensas

Basado parcialmente (pero no totalmente) en la presencia en las listas identificadas anteriormente, los individuos son castigados y recompensados.

¿Cómo funciona el sistema de crédito social de China?

Explica Donally que el sistema de crédito social de China califica a las personas basándose en la agregación y el análisis de datos. En algunas pruebas, esto ha implicado una única puntuación numérica (normalmente entre 1 y 1000, como una puntuación FICO), o una calificación de letras (normalmente de A a D).

Esta información se obtiene de diversas fuentes, como empresas individuales (incluidas las "grandes tecnológicas") y entidades gubernamentales. Parte de la información está "aislada" y sólo puede acceder a ella la autoridad gubernamental regional o central. Pero en muchos casos, la información se comparte con otros reguladores a través de una base de datos centralizada, como NCISP.

Por ejemplo, algunos de los factores que se pueden tener en cuenta a la hora de otorgar una calificación de crédito social a una empresa son:

- Si la empresa ha pagado los impuestos a tiempo

- Si la empresa mantiene las licencias necesarias

- Si la empresa cumple los requisitos de protección del medio ambiente

- Si la empresa cumple las normas de calidad de los productos

- Si la empresa cumple los requisitos específicos de su sector.

Es importante señalar que la puntuación de las empresas puede disminuir en función del comportamiento de sus socios. Esto significa que las empresas deben pensar muy cuidadosamente con quién hacen negocios en China.

La influencia del sistema de crédito social sobre la vida cotidiana de los chinos

Explica Yang que la idea es a la vez premiar y castigar. Por lo tanto, una persona o empresa con un buen historial crediticio en todas las áreas regulatorias debe recibir un trato preferencial con el Gobierno, como estar en una lista prioritaria para recibir subsidios. Al mismo tiempo, las personas o empresas con malos antecedentes crediticios serán sancionadas con la exhibición pública de su información y se les prohibirá participar en licitaciones gubernamentales, consumir productos de lujo y salir del país.

En este sentido, el pasado año el Gobierno publicó una lista completa que detalla las medidas de castigo permitidas. Algunas medidas son más controvertidas; por ejemplo, a las personas que no han pagado una remuneración decidida por un juzgado se les restringe viajar en avión o enviar a sus hijos a costosos colegios privados, con el argumento de que eso constituye un consumo de lujo. El nuevo proyecto de ley mantiene el compromiso de que esta lista se actualizará periódicamente.

Pero, al parecer, no se trata de que se aplique una puntuación de crédito social centralizada calculada para cada ciudadano chino. Contrariamente a la creencia popular, no existe puntuación de crédito social central para las personas y parece que el Gobierno central chino nunca ha hablado de crear uno. Se trataría, por tanto, de una evaluación a nivel local.

Queremos saber tu opiniónNombreE-mail (no será publicado)ComentarioLA LEY no se hace responsable de las opiniones vertidas en los comentarios. Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista.
Introduce el código que aparece en la imagencaptcha
Enviar
Scroll