Estas Directrices forman parte del Plan de Acción de Educación Digital (2021–2027) y las ha elaborado un grupo de expertos de la Comisión que reúne un amplio abanico de profesionales del mundo de la educación y la formación, las universidades, el sector privado y las organizaciones internacionales.
Antecedentes
El programa de trabajo anual de Erasmus+ para 2023 obtuvo financiación a proyectos a gran escala y con visión de futuro que prioriza el aspecto digital. La Comisión también publicará varios artículos sobre la IA en la educación, y ofrecerá un curso en línea para el personal docente sobre este tema en la Plataforma Europea de Educación Escolar.
Las Directrices éticas sobre el uso de la inteligencia artificial y los datos en la enseñanza y el aprendizaje para el personal educativo son una acción del Plan de Acción de Educación Digital 2021–2027, adoptadas el 30 de septiembre de 2020. Con el fin de apoyar el desarrollo de las Directrices, la Comisión puso en marcha un grupo informal de expertos sobre la IA y los datos en la educación y la formación. El Grupo llevó a cabo su trabajo entre el 8 de julio de 2021 y el 14 de junio de 2022.
La Comisión ha facilitado e intensificado durante años la cooperación en materia de inteligencia artificial en toda la UE para impulsar su competitividad y garantizar la confianza sobre la base de los valores de la UE. El Libro Blanco sobre la IA de la Comisión, publicado en 2020, expone una visión clara de la IA en Europa: un ecosistema de excelencia y confianza que sienta las bases de la propuesta de hoy. En abril de 2021, la Comisión presentó su propuesta de Ley de Inteligencia Artificial y un nuevo plan coordinado con los Estados miembros. Las negociaciones sobre la Ley de Inteligencia Artificial con los colegisladores siguen en curso.
Objetivos
Ante la evolución constante de los sistemas de IA y la aparición del uso de los datos, es necesario lograr una mejor comprensión de su impacto, en particular en la educación y la formación. El rápido aumento del uso de la IA exige que educadores y estudiantes tengan una comprensión básica de la IA y del uso de los datos para poder abordar esta tecnología de manera positiva, crítica y ética, y aprovechar todo su potencial.
Las Directrices
- — Pretenden ayudar al personal docente de educación primaria y secundaria, con independencia de su experiencia en educación digital. Su objetivo es aclarar ideas erróneas comunes y muy extendidas sobre la IA que pueden generar confusión o ansiedad acerca de su uso, especialmente en el ámbito de la educación. Las consideraciones y los requisitos éticos también se abordan mediante asesoramiento práctico dirigido al uso personal educativo y al personal de dirección de los centros sobre cómo planificar un eficaz de la IA y los datos en dichos centros. Por ejemplo, las Directrices asesoran sobre cómo utilizar las tecnologías para adaptar la enseñanza a la capacidad de cada alumno o alumna o cómo preparar crisis individualizadas para estudiantes con necesidades especiales.,
- — Persiguen promover la excelencia y la confianza en la inteligencia artificial es una prioridad clave de la Comisión, que, en abril de 2021, coincidirá con el primer marco jurídico sobre la IA existente hasta entonces (la Ley de Inteligencia Artificial). En él se aplica un enfoque basado en el riesgo y se basa, entre otras cosas, unas obligaciones estrictas para los sistemas de IA empleados en la educación o la formación profesional que pueden determinar el acceso a la educación y la carrera profesional de una persona ( por ejemplo, la calificación de exámenes). Estas Directrices complementan el trabajo de la Comisión Europea relativa a la IA, y sus esfuerzos por promover la IA y los datos en la educación y la formación a través de su programa Erasmus+,el Cuerpo Europeo de Solidaridad y eTwinning.
Actuaciones futuras
Como parte de su propuesta de hacer de 2023 el Año Europeo de las Capacidades, la Comisión promoverá el aprendizaje permanente mediante la inversión en formación y la mejora de las capacidades. Uno de los objetivos será también adecuar mejores las aspiraciones y las capacidades individuales a las oportunidades del mercado laboral, también con vistas a la transición digital.