Carlos B Fernández. En su reunión del 4 de octubre, el Consejo de la Unión Europea ha aprobado con carácter definitivo el Reglamento de Servicios Digitales, que será conocido como Ley de Servicios Digitales o Digital Services Act (DSA).
El texto, que había sido consensuado entre el Consejo y el Parlamento Europeo el pasado mes de abril , a partir de la propuesta presentada por la Comisión en diciembre de 2020 , ya había sido aprobado por la Eurocámara en julio, por lo que, con su aprobación por parte del Consejo, el acto legislativo queda definitivamente aprobado. Así, tras ser firmado por el Presidente del Parlamento Europeo y el Presidente del Consejo, se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea el 13 de octubre de 2022 y comenzará a aplicarse quince meses después de su entrada en vigor.
La DSA es una parte esencial de la Agenda Digital de la Unión Europea, y su finalidad es crear un espacio digital más seguro para los ciudadanos y las empresas de la Unión. Se fundamenta en la evidencia de la creciente importancia del comercio y los servicios digitales para la economía europea. Una importancia puesta de manifiesto con motivo de la pandemia y que se refleja en unas cifras de más de 500 millones de usuarios del comercio electrónico, que han generado un volumen de ventas on line de 757.000 millones de euros.
Pese a esa importancia, el marco jurídico de la UE para los servicios digitales no había cambiado desde la adopción de la Directiva sobre comercio electrónico en 2000. Entretanto, las tecnologías, los modelos de negocio y los servicios digitales han cambiado a un ritmo sin precedentes. Para seguir este ritmo, la Comisión Europea presentó en diciembre de 2020 un paquete de servicios digitales que incluye la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (Digital Markets Act, DMA).
Este paquete de servicios digitales es la respuesta de la UE a la necesidad de regular el espacio digital. Ambas normas definen un marco adaptado a la huella económica y democrática de los gigantes digitales e introducen medidas para proteger a los usuarios al tiempo que apoyan la innovación en la economía digital.
En este contexto, las nuevas normas que introduce la DSA se orientan a crear un entorno on line más seguro, afrontando los retos que plantea, como son, entre otros, la venta de productos ilegales, el discurso del odio y la desinformación.
Para ello, la DSA procede a reformular los derechos y obligaciones de los proveedores de servicios digitales, de los usuarios de los mismos y de los negocios digitales, en línea con los valores y derechos fundamentales de la Unión, definiendo un claro marco de responsabilidades para las plataformas de marketplaces y medios sociales.
Según destaca el Consejo, la DSA se considera una primicia mundial en el ámbito de la regulación digital, pues ninguna otra norma tiene este nivel de ambición en lo que respecta a la regulación de las plataformas y la supervisión en línea, preservando al mismo tiempo los principios fundamentales del mercado interior.
Principales contenidos
La DSA define responsabilidades y rendición de cuentas claras para los proveedores de servicios de intermediación, como las redes sociales, los mercados en línea, las plataformas en línea muy grandes (VLOP) y los motores de búsqueda en línea muy grandes (VLOSE). Las normas están diseñadas de forma asimétrica, lo que significa que los servicios de intermediación más grandes con un impacto social significativo (VLOPs y VLOSEs) están sujetos a normas más estrictas.
Obligaciones de las plataformas
Con la DSA, las plataformas no sólo tendrán que ser más transparentes, sino que también tendrán que rendir cuentas por su papel en la difusión de contenidos ilegales y perjudiciales.
Entre otras cosas, la DSA:
- Establece obligaciones especiales para los mercados en línea con el fin de combatir la venta en línea de productos y servicios ilegales;
- Introduce medidas para contrarrestar los contenidos ilegales en línea y obligaciones para que las plataformas reaccionen rápidamente, respetando los derechos fundamentales
- Protege mejor a los menores en línea al prohibir a las plataformas el uso de publicidad dirigida basada en la utilización de los datos personales de los menores, tal como se define en la legislación de la UE
- Impone ciertos límites a la presentación de la publicidad y al uso de datos personales sensibles para la publicidad dirigida, incluidos el género, la raza y la religión
- Prohíbe las interfaces engañosas conocidas como "patrones oscuros" y las prácticas destinadas a engañar
Plataformas muy grandes
Se aplican normas más estrictas a las plataformas en línea y motores de búsqueda muy grandes (VLOP y VLOSE), que tendrán que
- Ofrecer a los usuarios un sistema de recomendación de contenidos que no se base en la elaboración de perfiles
- Analizar los riesgos sistémicos que crean: riesgos relacionados con la difusión de contenidos ilegales, efectos negativos sobre los derechos fundamentales, sobre los procesos electorales y sobre la violencia de género o la salud mental.
Mecanismo de crisis ante la desinformación
En el contexto de la agresión rusa en Ucrania y el impacto particular en la manipulación de la información en línea, la DSA introduce un mecanismo de respuesta a la crisis. Este mecanismo permitirá analizar el impacto de las actividades de los VLOP y VLOSE en la crisis en cuestión y decidir rápidamente medidas proporcionadas y eficaces para garantizar el respeto de los derechos fundamentales.