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Miguel Ángel Davara Rodríguez

“La privacidad ha de estar más viva que nunca y debemos llevarla en nuestro ADN”

  • 14-9-2022 | LA LEY
  • Ricard Martínez, Director de LA LEY PRIVACIDAD, conversa con Miguel Ángel Davara, todo un referente en el mundo de la protección de datos y la privacidad. Davara ha desarrollado su vida profesional acompañando el derecho fundamental a la protección de datos desde su nacimiento en nuestro país y compaginando una doble dimensión: la academia y la investigación con el ejercicio profesional. En esta entrevista nos hablará, entre otras cosas, de los inicios de la protección de datos, del Derecho Informático, del esfuerzo de investigación, estudio y formación de futuros profesionales en protección de datos, finalizando con unos breves consejos para nuestros lectores.
Portada

Ricard Martínez. El Dr. Davara ha desarrollado su vida profesional acompañando el derecho fundamental a la protección de datos desde su nacimiento en nuestro país y compaginando una doble dimensión: la academia y la investigación con el ejercicio profesional. Conversar con él es para nosotros más que un honor. No siempre se tiene la oportunidad de departir con la historia de nuestros derechos fundamentales.

Pensando en ello viene a mi memoria aquellos años iniciales en los que hablábamos de habeas data, libertad informática y en los que mirábamos a Italia, con Rodotá y Frosini, a Europa con John Bing y el informe del Younger comité y el impacto de la sentencia del Tribunal Constitucional Federal Alemán sobre la Ley del censo de 1983 y la autodeterminación informativa… Y no podíamos perder de vista la evolución norteamericana y la llamada “informational privacy” sobre la que escribió Alan Westin.

Ricard Martínez. ¿Cómo se vivió esa transición en un país que apenas despertaba a la democracia y debía abordar la incorporación de la regulación de lo que entonces se llamó la informática?

Miguel Ángel Davara. Antes de responderte, querido Ricard, quiero ante todo darte las gracias por la oportunidad que me brindas de poder dar mi humilde visión, basada siempre en la experiencia, de cómo ha ido evolucionando esto que ahora parece estar tan de moda del “Legal Tech” y, más concretamente, de protección de datos. Para mí es un honor por la calidad jurídica, pero sobre todo humana, de quien me hace la entrevista con tanto cariño.

Entrando ya de lleno en la pregunta que me planteas, te puedo decir que se vivió con cierta prudencia e incertidumbre a la vez que, por paradójico que pudiera parecer, ilusión y hasta una cierta certeza de querer seguir la línea de países de nuestro entorno (Portugal, Alemania, Francia...) que ya tenían ese habeas data en el centro de sus procesos constituyentes...

Además, y como bien sabes, para entrar en la Unión Europea --objetivo altamente deseado en aquellos tiempos por todo lo que implicaba a nivel político, económico y social-- se nos exigió que garantizáramos la protección de datos de todos los ciudadanos y, para ello, era fundamental contar con una normativa en este sentido. Por tanto, aunque pudiéramos pensar “Tengo miedo” (y yo mismo lo pensé cuando fundé el despacho y me tildaban de loco), la respuesta fue clara “Si tienes miedo, hazlo con miedo, pero hazlo”. Y salió bien ¿no crees? (risas)

RM. Antes de profundizar en cuestiones de otra índole Vd. es ingeniero y Dr. en Derecho y hay una cuestión que siempre me ha llamado la atención y nunca hemos tenido la oportunidad de comentar. Siempre fui un convencido de que no existe metodología mejor en esta área del Derecho que partir de la realidad. No es que renuncie o abomine de la teorización, me parece imprescindible, pero no la veo viable si no se es capaz de entender cómo funciona el tratamiento. En mi día a día debo confesar que soy incapaz de encontrar respuestas si antes no dibujo un esquema del tratamiento o si no consigo entender cuál sea la naturaleza de la tecnología que se somete a nuestro análisis. Por el contrario, cuando te encuentras con dictámenes teorizantes sin este sustrato con no poca frecuencia resultan de difícil o imposible aplicación.

Me gustaría saber si Vd. comparte este enfoque y sobre todo pedirle “la receta”, que nos indique la justa combinación de conocimientos de negocio, organizativos, técnicos y jurídicos necesarios para afrontar los problemas de protección de datos.

MAD. Comparto totalmente tu visión, Ricard. Y, de hecho, al hacerme esta pregunta se me han venido a la cabeza dos conceptos que, para mí, son imprescindibles tanto en mi labor docente como en mi labor técnico-jurídica, a saber: ordinograma y Checklist.

Antes de explicar el porqué, me vas a permitir que haga una pequeña explicación que permitirá al lector entender la razón de mi respuesta: quizás muchos no sepan que tengo una amplia formación y experiencia en informática puesto que estuve trabajando muchos años como analista de sistemas (entre otras cosas) en Telefónica...y años después, tras estudiar Derecho por la UNED, auné las dos y es así como comienzo en el “Derecho Informático”.

Para los profesionales de la privacidad no basta la teoría sin la práctica, ni la práctica sin la teoría... los dos son fundamentales para llegar a la excelencia

Pero, volviendo a tu pregunta, para mí es fundamental el enfoque práctico, pragmático, esquemático, visual...informático, si se quiere decir. Por ello, voy guiando al cliente o al alumno, siempre que puedo, haciendo uso de los denominados ordinogramas en los que cada uno de los símbolos tiene un significado propio (abre, entra, sal, elige...) o, a través de Checklist creados con el knowhow de muchos años de experiencia y personalizados a la realidad concreta, para que, como decía Sócrates, se produzca la mayeusis que significa “parir o dar a la luz el conocimiento”. Dicho esto, querido Ricard, siento decirte que no hay receta para esa combinación técnico-jurídica. Si me permites, te voy a hacer un símil con el equipo de mis amores: al Real Madrid no le basta tener jugadores de calidad, para lograr los grandes éxitos debe complementarse con ese “ADN o alma madridista”... es un todo en uno. En los profesionales de la privacidad, ha de ser igual, no basta la teoría sin la práctica, ni la práctica sin la teoría... los dos son fundamentales para llegar a la excelencia.

RM. En relación con lo anterior, permítame compartir con Vd. un pensamiento un tanto malvado. Verá, a mi me impactan mucho algunos modos de abordar la protección de datos. Por ejemplo, me estremece cuando encuentro un artículo con el título “es legal esto o aquello”, y también cuando enfrento posiciones maximalistas. Creo firmemente que la ilegalidad, que la vulneración de derechos es inadmisible. Y, sin embargo, en mi experiencia en la mayor parte de los casos las condiciones de cada tratamiento suelen ser complejas, llenas de aristas, lábiles, fluidas si se me permite la expresión.

Voy a realizar una afirmación y me gustaría saber hasta que grado la comparte o, por el contrario, no lo hace: “en protección de datos, salvo cuando el tratamiento es ilícito, nuestra tarea nunca responde a enfoques binarios del tipo si/no, nuestro oficio pivota en torno al “cómo” se hacen las cosas”.

MAD. ¡La comparto tanto que la he dicho de muchas maneras diferentes desde los años 80 del siglo pasado! Y es que, querido Ricard, me has hecho volver a mis inicios en la docencia en la que siempre --y, a día de hoy lo sigo haciendo así cada vez que tengo oportunidad-- decía cuatro frases que creo que van completamente en el sentido de la afirmación que planteas:

1.ª) Cuando viene un cliente a mi despacho, siempre le digo “No me preguntes si puedes o no puedes hacerlo, dime qué quieres hacer y yo te diré cómo”.

2.ª) En protección de datos, hay tres escenarios de cumplimiento: lo necesario, lo conveniente y lo utópico.

3.ª) Carnelutti decía “el rigor de la norma se atempera con su riguroso incumplimiento”.

4.ª) La ley de protección de datos es como la ley de tráfico...100% incumplible. Así que no vayan ustedes a 50 km/h por la Castellana porque seguramente generen un accidente, les piten, no lleguen, etc., etc., pero tampoco vayan a 100... Vayan a 60 y conozcan dónde están los radares, siendo la prudencia la máxima que deben tener en cuenta en sus acciones.

Por tanto, desterremos ya ese mito de que protección de datos es “copiar y pegar cláusulas”... nada hay más lejos de la realidad. Se me ocurren pocos ámbitos del Derecho --y hablo con conocimiento de causa al haber ejercido, también, como abogado en materia laboral, mercantil, civil...-- en los que exista tantísima casuística, variedad, dificultades, retos y ¡constante cambio! Con toda la exigencia que ello supone a los que nos dedicamos a ello.

RM. Y hablando sobre nuestro oficio. Vd abre un despacho en 1984, ciertamente que es el año de ratificación del Convenio 108/1981 del Consejo de Europa para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal, pero la Ley Orgánica 5/1992, de 29 de octubre (LA LEY 3036/1992), de regulación del tratamiento automatizado de los datos de carácter personal, la LORTAD, no llegaría hasta 1992, y forzada por la ratificación del Convenio de Schengen.

Y esto me obliga a que Vd. escoja de entre las siguientes palabras hasta qué punto lo definen a Vd. Y le voy a proponer un juego en el que le pido que me responda Vd. dos veces. En la primera me debería responder el joven camino de la cuarentena que monta un despacho, en la segunda la persona que contempla en perspectiva las decisiones que tomó. Estas son las palabras, y Vd., puede añadir otras:

  • Pionero

Davara joven. Desde luego, no me veía como tal...demasiado pretencioso afirmarlo, quizás sea cuestión de mi forma de ser.

Davara con años de experiencia. Te voy a tener que decir que mucho, no tanto porque yo lo crea, sino porque mis hijas me regalaron un libro por mi 75 cumpleaños en los que preguntaron a más de 100 personas de mi ámbito personal y profesional por palabras que me definieran... y pionero salió bastante. Aunque, con sinceridad, no es de la que más orgulloso me siento, como hay confianza le diré que me rodeo muy bien y otra de las palabras que se repitió mucho fue “buena persona”. No sé si lo soy, pero lo he intentado, lo sigo intentando... y creo que ahí está la clave.

  • Inconsciente

Davara joven. Cuando eres joven no eres consciente, valga la redundancia, de que eres inconsciente (risas). Así que te voy a tener que decir que no...además, yo me recuerdo joven, pero muy consciente de que, aunque me tildaran de loco, el binomio Derecho-Informática iba a tener futuro.

Davara con años de experiencia. Echando la vista atrás 40 años, creo que sí que pequé de inconsciente al no darme cuenta de gente que, lejos de querer ayudarme, querían echarme por tierra, robarme ideas y proyectos...Pero, incluso viéndolo ahora, me siento orgulloso de que mis valores hayan prevalecido y, quién sabe, quizás esa inconsciencia colaboró en cierta medida a que así fuera. También le digo, me he llevado muchas más alegrías en estos cuarenta años que tristezas y traiciones.

  • Preparado

Davara joven. Más que preparado “con muchas ganas de estar lo más preparado posible”, eso sí me definía más... ¡no te imaginas la de horas que le eché a investigar, trabajar, crear...!

Davara con años de experiencia. Creo que “Nunca se está lo suficientemente preparado”. Por suerte o por desgracia --creo que por suerte--, como siempre le digo a Elena y a Laura “en nuestra materia, cada día tienes que aprender algo nuevo y si no lo haces... algo está fallando”.

  • Aventurero

Davara joven. ¡Por supuesto! No de aventuras en el sentido de deportes de riesgo o viajar a lugares recónditos... ¡aventurero del saber! Por muy poético que suene, siempre he sido así.

Davara con años de experiencia. Gracias a Dios, te puedo decir que me sigo considerando un aventurero del saber y, por ello, no dejo de investigar sobre el qbit o el metaverso, por ponerte solo algunos ejemplos... Por mi forma de ser, no creo que llegue el día en que me canse de buscar aventuras, de las más diversas formas, relacionadas con el Derecho Informático.

  • Visionario

Davara joven. Te digo lo mismo que con pionero, hace 40 años no lo vivía como tal... Recuerdo cómo un día, a mediados de los 80 del siglo pasado, le dije al por entonces rector de ICADE “Dentro de unos años llevarás un aparatito en la mano y podrás leer las cartas que te lleguen, todo de manera electrónica” (Por supuesto, refiriéndome a leer el correo electrónico en el móvil) y me miró y me dijo “No lo verán tus ojos, es ciencia ficción, es imposible”... Tengo que reconocer que años después, vino y con muchísimo cariño me dijo “Tenías razón, qué tonto fui al no creerte”. No creo que fuera tonto, ni yo un visionario... para mí era evidente... era “mi vida”, leía, estudiaba, investigaba y me permitía intuir por dónde iban a ir los tiros...

Davara con años de experiencia: Si vuelvo a citar el regalo de Elena y Laura por los 75 años, también es una palabra que se repitió. Pero yo soy incapaz de autodenominarme “visionario”, no te lo voy a negar...

  • Recojo el guante y me vas a permitir que te incluya una: “Trabajador con ilusión”

Davara joven: Sin duda. El trabajo, el esfuerzo, la pasión y la ilusión me las inculcaron mis padres... y yo he tratado de transmitírsela a mis hijos. De joven había muchísima ilusión y muchísimo trabajo --quizás más del deseado por las horas de sueño que me quitaba-- pero mereció la pena.

Davara con años de experiencia: Gracias a Dios, sigue definiéndome al 100%. Y, aunque sorprenda al lector, casi más la parte de “ilusión” que la de “trabajador”... no porque no trabaje, sino porque el día que deje de hacerlo con ilusión, perderá todo el sentido.

RM. ¿Cómo fueron esos años y cómo recibió el mercado el escenario que se nos venía encima?

MAD. Pues depende de a qué te refieras con “el mercado”. Como te puedes imaginar, no reaccionaron igual las grandes multinacionales que el pequeño comercio o las PyMES. Había muchísimo desconocimiento, había quien nos consideraba “sacacuartos”, que nos habíamos inventado un derecho sólo para cobrar “por no hacer nada”. Y, poco a poco, y a base de muchísima labor de formación --labor de formación que, a día de hoy, sigue siendo fundamental en nuestro despacho--, la manera en la que “nos recibían” era distinta. Yo les decía siempre lo mismo “hace muchísimos años, nadie hacía la declaración de la renta porque no lo consideraban importante... ahora no hay nadie que no lo haga porque todo el mundo es consciente de su obligatoriedad”. Con protección de datos ha ido pasando (aunque todavía queda mucho por hacer) exactamente lo mismo y yo he sido un espectador de excepción en este sentido.

RM. Permita que cambiemos de ámbito. Señalaba al inicio que Vd. ha sido fundamental desde la academia. Al menos en mi experiencia como joven doctorando en los años 90 del pasado siglo, los Encuentros de Informática y Derecho eran un lugar en el que estar. En nuestro país la protección de datos era cuestión de pioneros. Si no recuerdo mal existía un foro en la UNED, Pérez Luño se había ocupado de la cuestión, con menor intensidad López Garrido, Lucas Murillo de la Cueva importaría la teoría alemana de la autodeterminación informativa y Heredero Higueras comentó la Directiva 95/46/CE. Aunque seguro que por el camino omito alguna otra obra situada en el campo del derecho a la intimidad, no había mucho más. Vd. no sólo impulsó los Encuentros, sino también manuales de referencia, un Instituto de Investigación y estudios de posgrado.

¿Cómo de determinante fue para la protección de datos en España ese esfuerzo de investigación, estudio y formación de futuros profesionales?

MAD. Me halagas de nuevo, querido Ricard. Quiero creer que los Encuentros de Informática y Derecho han servido y, de hecho, con que alguien de tu calidad me diga que le han servido y que eran “cita obligada”, ya me voy más que satisfecho. La verdad es que para mí, como te comentaba, la formación y la práctica han ido siempre de la mano y así lo trataba de transmitir en esos Encuentros... encuentros cuya denominación no fue baladí ¡No era un congreso, ni una Jornada... era un lugar de encuentro para hablar, analizar, debatir, aprender sobre el equipo que formaban --o debían formar-- la Informática (entendida en un sentido amplio, por supuesto) y el Derecho.

Con los años, y gracias en parte a Internet y a las Redes Sociales así como a encuentros presenciales como la Jornada de Actualización en Derecho TIC --Jornada que celebramos desde hace más de 20 años y que este año, Dios mediante, tendrá lugar en ICADE el próximo 23 de junio--, he podido sentir el cariño y el agradecimiento de miles de alumnos (ya peino alguna que otra cana) (risas) que me dicen cómo el Manual de Derecho Informático fue el libro que les abrió las puertas a lo que, a día de hoy, es su pasión y su vocación: el Derecho TIC. ¡No te puedes imaginar el orgullo que es para mí!

Así que, respondiendo a tu pregunta, te puedo decir que todo ese esfuerzo --que poco no fue (risas)-- ha merecido la pena. Y sigue mereciendo la pena porque en el Despacho, tanto Elena como Laura como yo, seguimos pensando, trabajando y lanzando obras, Jornadas y proyectos para transmitir nuestra pasión en el actualmente denominado LegalTech. Y aprovecho desde aquí para darte las gracias por todos tus “síes” a nuestras propuestas porque tu participación en ellas implica aumentar su calidad y estar un poquito más cerca de esa excelencia que tanto buscamos y anhelamos.

RM.Y en relación con ello. Yo creo que hemos perdido en la academia una palabra crucial: maestro. Con todo su sentido de guía, de persona que te acompaña y te guía. Vd. fue sin duda un maestro,¿Cómo ha visto con los años a las sucesivas generaciones de discípulos que sin duda Vd. formó, estimuló y alentó?

MAD. Muchísimas gracias, Ricard. De verdad, no tengo palabras... El maestro lo hace su alumno, es así. Yo sin mis alumnos no soy nadie. Así que, ¿cómo veo a las personas con las que he tenido la oportunidad de compartir aulas, Congresos, Jornadas y proyectos? Con mucho orgullo... hace muchos años, una persona experto en estos temas a quien admiro y quiero dijo en un acto académico “soy Davarista”... te reconozco que se me cayó una lagrimilla... Creo que sois --porque tú, sin duda, eres ahora el maestro-- muy buenos en lo vuestro, habéis sabido “coger el guante” y, como se suele decir, “el que enseña, aprende dos veces” y yo, te puedo asegurar, que con vosotros, y contigo en particular, he aprendido más de dos veces. Y lo seguiré haciendo.

RM. Demos un salto, situémonos a mitad de camino. Creo que hay dos hitos fundamentales en los años 90 en la protección de datos en este país: la STC 292/2000 (LA LEY 11336/2000), aunque se suele omitir el importante papel de la STC 11/1998 (LA LEY 1407/1998) y el conjunto de resoluciones en el caso RENFE, y la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LA LEY 4633/1999): la LOPD. Una norma cuyo cierre se produjo con el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal (LA LEY 13934/2007).

¿Qué importancia les concede Vd.?

MAD. Muchísima. Son dos hitos fundamentales --y coincido contigo en la poca importancia que se le da a la sentencia del 98-- y que, sin duda, han marcado un antes y un después. La STC 292/2000 (LA LEY 11336/2000) por decir expresamente algo que, para mí, era una verdad a gritos: que la intimidad y la protección de datos son derechos autónomos e independientes. Le pese a quien le pese. Y, la LOPD por ser la norma que, sin duda, se ha hecho “más famosa”... hay mucha gente que no sabía qué era eso del Derecho Informático, pero cuando le decías “me dedico a protección de datos” te respondían “ah, a la LOPD esa...” (risas). Más allá de la broma, la LOPD es la norma que ha estado en vigor durante casi 20 años y con la que, podemos decir, “ha crecido” la cultura de la privacidad en nuestro país.

RM. Demos un nuevo salto en el tiempo que me devuelve a una cuestión sobre la que hemos conversado anteriormente. El Reglamento General de Protección de Datos (LA LEY 6637/2016) no solo nace para resolver las divergencias entre la leyes nacionales sino también para afrontar un proceso de transición tecnológica galopante. Recordará Vd., cuánto nos preocupó la videovigilancia en 2006. Sin embargo en 2004, y no fue la primera, nacía Facebook como red social, en breve iríamos incorporando otros conceptos: smartphones, Internet de los objetos, cloud computing, big data, inteligencia artificial como un hecho más que como una teoría, y hoy navegamos en redes 5G, usamos blockchain y comenzamos a hablar de web 3.0, y quién sabe si la computación cuántica esta realmente a la vuelta de la esquina.

¿Cómo es de necesaria la protección de datos en este escenario?

MAD. Es importantísima. Te diré que cuando fundaron Tuenti (para muchos el llamado “Facebook español”) y acudieron a mí sus creadores --alumnos míos, por aquel entonces, de cuarto de carrera de ICADE-- para pedirme que les asesorara con el cumplimiento de la normativa de protección de datos en la red social ¡no pude ser más feliz! Se habían dado cuenta --según decían, gracias a mis clases (con lo que el orgullo, si cabe, es mayor)-- de que, también ahí, la privacidad jugaba un papel fundamental.

Hace años nadie hacía la declaración de la renta porque no se consideraba importante. Hoy todo el mundo es consciente de su obligatoriedad. Con protección de datos ha ido pasando exactamente lo mismo

Así que, si ya pensaba que hace casi 20 años era importante incorporar el cumplimiento en todas estas realidades ¡imagínese ahora! Y, le digo más, más que hablar del Qbit o del metaverso... yo propongo hablar de cómo incorporar en el ADN de estas realidades el respeto a la privacidad y el cumplimiento de la normativa ¡no nos quedemos atrás!

RM.Honestamente, no quisiéramos finalizar esta conversación pero debemos hacerlo. Y apelando al maestro le agradeceríamosbreves consejosen algunos ámbitos:

MAD. Antes que nada, muchísimas gracias a ti, de verdad. Yo no soy maestro de nadie pero no sabes el orgullo y la felicidad inmensa que he sentido haciendo esta entrevista en la que, ante todo, se ve el cariño y la bonhomía del entrevistador.

RM. ¿Cuál debe ser nuestra actitud al abordar el trabajo diario?

MAD. No me atrevo a decir cuál debe ser nuestra actitud... te voy a decir cuál es la mía por si a alguien puede ayudar pero “cada maestrillo tiene su librillo”. Para mí, la actitud idónea a la hora de abordar el trabajo diario implica ilusión, pasión, buscar el sentido y el querer ayudar, buscar la excelencia en mi trabajo y el respetar mis valores por encima de todo en todo lo que hago.

RM. El profesional de la protección de datos ¿debe ser, además, protagonista mediático?

MAD. Sí y no. Me explico: por supuesto que debe ser protagonista mediático, y no solo en los medios de comunicación tradicionales (televisión, radio, prensa...), sino también en los actuales (redes sociales, podcast, apps), porque debemos hacer todo lo posible para lograr ese “culmen” en la formación y la concienciación y los medios son una herramienta excelente para lograrlo. Y ese “no” es porque tengo cierto miedo a que “nos perdamos” en “Mucho decir y poco hacer”... Volvemos a la importancia del equipo: decir y hacer, hacer y decir. No es suficiente uno sin el otro.

RM. El derecho fundamental a la protección de datos es la medida de interpretación del ordenamiento jurídico o debe interpretarse en el contexto del Derecho. O si lo prefiere, ¿es la protección de datos como a veces parece la medida de todas las cosas?

El derecho de protección de datos no es un derecho absoluto, ni mucho menos, ahora bien, tampoco debemos desterrarlo y caer en esa falsa afirmación de “la privacidad ha muerto”. La privacidad está --o ha de estar-- más viva que nunca

MAD. Por supuesto que no. Hay vida más allá de protección de datos y hay derecho más allá de protección de datos. El derecho de protección de datos no es un derecho absoluto, ni mucho menos... ahora bien, tampoco debemos desterrarlo y caer en esa falsa afirmación de “la privacidad ha muerto”. La privacidad está --o ha de estar-- más viva que nunca y, como siempre digo, debemos llevarla en nuestro ADN.

RM. No hemos hablado de ello, ¿hay privacidad sin un esfuerzo exigente en seguridad o ciberseguridad?

MAD. Por supuesto que no. Son un binomio. Igual que no hay privacidad sin formación. La privacidad exige trabajo en equipo ¿Le parece bien que hagamos el once ideal de la privacidad entendida en un sentido amplio? ¡Vayamos a ello! Ciberseguridad, formación, privacidad, enfoque de riesgo, Compliance, Accountability, DPO, TIC, inteligencia artificial, asesoramiento y excelencia ¡Aunque podríamos poner también suplentes, que más de una vez ganan el partido! Ahí van: software, concienciación, información, transparencia, organismo garante, CEPD y procedimientos.

RM. ¿Se puede asesorar marcando crucecitas en una checklist?

MAD. No solo, ¡ni mucho menos! Pero, como te digo, es una herramienta muy útil tanto para el asesor como para el cliente... pero es como si, volviendo al símil futbolístico, me dices si se puede marcar un gol solo poniéndose las botas adecuadas ¡desde luego que no, pero es un buen comienzo!

RM. ¿De verdad nuestra empresa y Administración pública creen en el derecho fundamental a la protección de datos?

MAD. Quiero pensar que sí... aunque soy consciente de que la respuesta verdadera es “mucho menos de lo que deberían”. Pero claro, pienso en cómo estábamos hace 40 años a nivel de concienciación tanto en el Sector Público como en el Privado y solo me sale dar las gracias (risas). No, en serio, se ha evolucionado mucho tanto en el ámbito público como en el privado, pero todavía queda muchísimo por hacer. Más que un problema, me parece algo bonito... un reto ¿quién se suma?

RM. Piense en las y los jóvenes que están a punto de inscribirse en estudios de posgrado en protección de datos. ¿Qué les diría?

MAD. ¡Enhorabuena y adelante! Hacen falta muchos --y buenos-- profesionales y expertos de protección de datos. Llegan en un momento en el que “la privacidad está de moda” o, al menos, en boca de todos. Tienen acceso a cientos y miles de información de muchísimo valor a golpe de ratón pero, si me permiten un consejo, acudan también a las fuentes analógicas (y no solo a mí, por supuesto, que seguro que hay algún mal pensado)(risas): lean libros, artículos, documentos europeos e internacionales que vieron la luz en los años 90 y primeras décadas del presente siglo porque para conocer y entender el presente y el futuro, es necesario conocer el pasado. Y esta frase, en nuestro ámbito, también es cierta y 100% aplicable. No se queden solo “con la mitad de la tarta”, como se suele decir. Por si hay alguno que todavía no ve claro eso de “leer documentos de hace más de 20 años”, me “apuesto” lo que quiera a que, si lo hace, se llevará más de una grata sorpresa al ver paralelismos a pesar de la vertiginosa velocidad a la que avanza todo lo relacionado con el Derecho TIC. ¡Hagan la prueba! Y, por supuesto, ¡no dejen de formarse o su esfuerzo no habrá merecido la pena!

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Lourdes Bernal|23/09/2022 17:31:59
Estupenda e interesante charla de amigos las que nos presenta Ricard Martínez con el gran Miguel Ángel Davara. No tiene desperdicio, las impresiones de todo un maestro de la Protección de Datos magistralmente conducido por otro maestro de la privacidad. Me ha parecido muy enriquecedora. Mil gracias a la Revista de Privacidad en la figura de su Director, Ricard Martinez. Notificar comentario inapropiado
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