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El TC declara inconstitucional la atribución de competencias a los TSJ para autorizar las medidas sanitarias restrictivas de derechos fundamentales

El TC declara inconstitucional la atribución de competencias a los TSJ para autorizar las medidas sanitarias restrictivas de derechos fundamentales

Tribunal Constitucional, Pleno, Sentencia 2 Junio 2022

Diario La Ley, Nº 10095, Sección La Sentencia del día, 22 de Junio de 2022, Wolters Kluwer

LA LEY 4155/2022

Si bien el legislador entendió que la autorización judicial podría ser un instrumento idóneo para garantizar la proporcionalidad de las medidas restrictivas de derechos fundamentales en el marco de la importante crisis sanitaria, es innegable que confunde las funciones ejecutiva y judicial, con menoscabo de la potestad reglamentaria que posee el poder ejecutivo y compromete la independencia del poder judicial.

  • ÍNDICE

Tribunal Constitucional, Pleno, Sentencia 2 Jun. 2022. Rec. 6283/2020 (LA LEY 103845/2022)

El Pleno del TC declara inconstitucional y nula la reforma legislativa que atribuyó a las Salas de lo Contencioso-administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia la competencia para la autorización o ratificación judicial de las medidas encaminadas a proteger la salud pública que implican privación o restricción de derechos fundamentales

Esta declaración de inconstitucionalidad afecta al art. 10.8, 11.1 i) y al inciso "10.8 y 11.1 i)" del art. 122 quater de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa (LA LEY 2689/1998), redactado por la disposición final segunda de la Ley 3/2020, de 18 de septiembre (LA LEY 16761/2020), de medidas procesales y organizativas para hacer frente al covid-19 en el ámbito de la Administración de Justicia.

La reforma introducida por la Ley 3/2020 (LA LEY 16761/2020) estableció de modo expreso que la intervención de los juzgados de lo contencioso-administrativo lo es solo para la autorización o ratificación de medidas singulares para la protección de la salud pública acordadas por las administraciones públicas competentes que supongan la privación o restricción a algún derecho fundamental, es decir, de medidas contenidas en actos administrativos dirigidos a destinatarios identificados individualmente. Ahora bien, esta reforma legal también supuso dar expresa cobertura normativa a la práctica de las comunidades autónomas, tras la entrada en vigor del Real Decreto Ley 21/2020 (LA LEY 8962/2020), de solicitar a la jurisdicción contencioso-administrativa la autorización o ratificación de disposiciones de sus gobiernos en las que se adoptan medidas generales (esto es, cuyos destinatarios no estaban identificados individualmente), encaminadas a proteger la salud pública, que implican privación o restricción de derechos fundamentales.

Siendo este el panorama, se llega a la conclusión de que todas las medidas sanitarias generales que puedan suponer una injerencia en un derecho fundamental debían contar con la intervención de la voluntad de dos poderes, el ejecutivo y el judicial, para su entrada en vigor y aplicación, de suerte que la autorización o ratificación judicial se convertía solo en un instrumento para perfeccionar y otorgar eficacia a esas disposiciones generales en materia de salud pública.

Pues bien, tras exponer el TC la extensión del principio de separación de poderes, - consustancial al Estado social y democrático de Derecho-, señala que la exigencia, contenida en el cuestionado art. 10.8 LJCA (LA LEY 2689/1998), de autorización judicial para que puedan ser aplicadas las medidas generales adoptadas por las administraciones competentes a fin de proteger la salud pública, supone atribuir a las salas de lo contencioso-administrativo de los tribunales superiores de justicia una competencia que desborda totalmente la función jurisdiccional de los jueces y tribunales integrantes del poder judicial (art. 117.3 CE (LA LEY 2500/1978)). No existe justificación para la atribución a los tribunales del orden contencioso-administrativo de una competencia ajena por completo a la función jurisdiccional.

Lo verdaderamente relevante es que el precepto atribuye a los órganos judiciales funciones ajenas a su propia competencia constitucional, con menoscabo de la potestad que la Constitución atribuye al poder ejecutivo, sin condicionarla al complemento o autorización de los jueces para entrar en vigor, siendo suficiente para desplegar eficacia, la publicación en el diario oficial.

En la forma en que está redactado el precepto se produce una confusión de la función ejecutiva y judicial que despoja al poder ejecutivo de la potestad reglamentaria que tiene constitucionalmente atribuida, y al mismo tiempo compromete la independencia del poder judicial al hacerle corresponsable de la decisión política, que solo corresponde; y también se impide y dificulta la exigencia de responsabilidades jurídicas y políticas de las autoridades administrativas vulnerando también con ello principio de responsabilidad de los poderes públicos.

Dicho de otro modo, se establece un control jurisdiccional ex ante y abstractoincompatible con el art. 117.4 CE (LA LEY 2500/1978), que no puede suponer en ningún caso la atribución al poder judicial de competencias que dejen en entredicho su independencia y menoscaben las constitucionalmente atribuidas a otros poderes públicos. Esta conmixtión de potestades quebranta el principio de eficacia de la actuación administrativa, limita la exigencia de responsabilidades políticas al ejecutivo y quiebra también los principios constitucionales de publicidad de las normas y de seguridad jurídica., habida cuenta de que las resoluciones judiciales que autorizan esas disposiciones sanitarias no son publicadas en el diario oficial correspondiente.

Y por idénticos motivos, además de declararse la inconstitucionalidad del art. 10.8 LJC, se declara la del art. 11.1 LJCA (LA LEY 2689/1998) por asignar idéntica facultad a la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional.

Formulan Voto Particular los Magistrados Don Cándido Conde­ Pumpido Tourón, Doña María Luisa Balaguer Callejón, Don Ramón Sáez Valcárcel y Doña Inmaculada Montalbán Huertas que en sentido contrario al apuntado por el Pleno entiende que la opción de legislador sí es respetuosa con el principio de separación de poderes y con la legítima finalidad de reforzar la tutela de los derechos fundamentales en un contexto de excepcionalidad como el asociado a las emergencias sanitarias.

También sostienen que en la medida en que la intervención judicial se produce tras la aprobación de la medida (reglamentaria o no) por parte del poder ejecutivo, la medida se presume válida y eficaz, aunque quede condicionada hasta la ratificación judicial lo que enerva la alegada vulneración del principio de separación de poderes. Insisten en que se trata de una decisión que se adopta y exterioriza a través de actuaciones del poder ejecutivo, lo que excluye cualquier posible confusión de responsabilidades políticas y jurídicas.

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Usuario por defecto|22/06/2022 10:33:39
Sinceramente me parece una sentencia incomprensible. Todos los abogados sabemos como se puede "vestir un muñeco" y que si queremos defender "que los burros vuelan" seguro que muchos son capaces de elaborar muy sesudos trabajos en este sentido, con lo cual tampoco vale mucho la pena leer la argumentación, seguro que es muy "sesuda". Dicho esto creo que en España el 98% de la población ( dejo fuera un 2% y no se si me equivoco en exceso ) cree muy conveniente que sean los juzgados y tribunales ( que aun mantienen un cierto crédito social ) los que se pronuncien sobre las cuestiones de limitación de derechos fundamentales en ultima instancia ( y a veces en primera ) y en concreto en esta materia que afecta una gran cantidad de población ( es decir resulta de lo mas oportuno que "cierres perimetrales" y cosas por el estilo, sean autorizadas o avaladas por los Tribunales más halla de la actuación del ejecutivo y el legislativo, pues implica a toda la Administración en cuestiones muy fundamentales. Mas parece que el TC se ha vuelto un Órgano netamente político que pretende "echar balones fuera" para que no se crea que son responsables de dichos cierres u otras actuaciones que en muchas ocasiones generan polémica - sobre todo "ruido político" - , vamos que no parezca que dan un "aval" a los políticos. Muy triste, pero es lo que hay, el TC es un órgano político mas y se comporta como lo que es. La Juzgados y Tribunales terminan en el TS, y aun en la cabeza también hay "lucha política" en muy numerosas ocasiones...demasiadas.Notificar comentario inapropiado
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