Rubén M. Mateo.— Para visitar un despacho al otro lado del mundo tan solo habrá que ponerse unas gafas de realidad virtual. Y es que en plena cuarta revolución industrial, abanderada por la transformación digital, varios despachos han decidido desde hace meses abrir oficinas en el metaverso, el entorno donde las personas humanas interactúan social y económicamente como avatares, a través de un soporte lógico en el ciberespacio. Son muchos los sectores que han dado el salto a este nuevo ecosistema, y el legal comienza a adentrarse en un mundo que necesitará de la capacitación de sus profesionales. Por ello, el pasado viernes 3 de junio la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense de Madrid celebró el webinario «LegalTech y Metaverso: nuevas perspectivas para la transformación digital de las profesiones jurídicas», que significó el broche a la tercera edición del Diploma de Alta Especialización en Legal Tech y transformación digital (DAELT).
La jornada, que se desarrolló en modo híbrido —presencial y online—, y cuya grabación íntegra puede verse en este enlace, contó con las ponencias de reputadas figuras del sector jurídico como Cristina Retana Gil, directora de Contenidos e Innovación de LA LEY Wolters Kluwer España y Portugal; Marlen Estévez Sanz, Socia en Roca Junyent y presidenta de la asociación Women in a Legal World; y Moisés Barrio Andrés, Letrado del Consejo de Estado, Profesor de Derecho digital y director del programa, quien fue el encargado de abrir la jornada.
Además de situarnos en LegalTech, que es un conjunto de software y otras herramientas para automatizar tareas y facilitar el trabajo jurídico —Law Tech se refiere a las herramientas destinadas a sustituir el trabajo del jurista—, el metaverso y las distintas herramientas de acceso al mismo, Moisés Barrio planteó la cuestión de la regulación jurídica de este nuevo ecosistema.
«Los metaversos existentes no carecen de regulación como algunos sostienen de forma incorrecta. Jurídicamente son servicios de la sociedad de la información regulados por el derecho digital», afirmó Barrio, para nombrar las distintas normas que lo regulan. Se trata de la Directiva 2000/31/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio de 2000 (LA LEY 7081/2000), relativa a determinados aspectos jurídicos de los servicios de la sociedad de la información y del comercio electrónico, traspuesta en nuestro ordenamiento por la Ley 34/2002 de 11 de julio (LA LEY 1100/2002) de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico.
A este grupo normativo se le suman dos nuevos reglamentos europeos: la Ley de mercados digitales (DMA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Servicios Digitales (DSA) destinadas a regular en la Unión Europea las mayores plataformas en línea. «La transformación digital no supondrá como dicen algunos la sustitución del abogado humano por el abogado robot. En cambio, estoy profundamente convencido de que los juristas que usan las herramientas LegalTech van a sustituir a aquellos que no las utilizan», aseguró el Letrado del Consejo de Estado y profesor de Derecho digital. Asimismo, sostuvo que el metaverso ofrece en el sector legal posibilidades de aplicación. «También genera oportunidades de asesoramiento legal a nuestros clientes que es preciso satisfacer», concluyó el profesor de Derecho Digital.
«No pueden darle la espalda»
A continuación, intervino Cristina Retana Gil, directora de Contenidos e Innovación de LA LEY Wolters Kluwer España y Portugal, quien expuso algunas de las actividades y aplicaciones que ya están en el metaverso. Por ejemplo, hizo mención a Jurimetría, la herramienta de analítica jurisprudencial que permite definir la estrategia procesal más idónea para el éxito del caso, a través de indicadores gráficos interactivos, basados en el análisis cognitivo de millones de decisiones judiciales. Además, esta herramienta facilita el estudio, preparación y definición de la estrategia y táctica procesal más idónea para asegurar el éxito de un caso, y permite responder de forma fiable y precisa a las numerosas cuestiones específicas que, en relación con aquel, sean formuladas por los clientes. También permite conocer, por ejemplo, las relaciones de un proceso, la posible argumentación delante de un juez o la contraparte, la línea jurisprudencial más plausible para un caso concreto o la probabilidad de que un asunto concreto sea o no recurrido ante una instancia jurídica superior. «Se han combinado la experiencia y conocimiento jurídico de los profesionales nuestros internos con toda la aplicación de la práctica de la tecnología más avanzada y la inteligencia artificial», destacó Retana, que también hizo mención a otras líneas de trabajo.
De esta forma, la directora de Contenidos e Innovación de LA LEY Wolters Kluwer España y Portugal, señaló otro de los desarrollos. Se trata de la gestión de flujo de vida de cualquier documento jurídico de una entidad, desde su creación, pasando por las fases de revisión y validación hasta la firma, donde pueden intervenir tanto previsiones internas de colegas como los posibles clientes. «Está muy ligada a una necesidad imperiosa que tienen ahora mismo todos los profesionales, ya trabajen en despachos o asesoría jurídica o en la administración pública», recalcó. Sobre el metaverso, Retana aseguró que este entorno ha tenido una importancia capital en el mapa de innovaciones emergentes y disruptivas, por lo que «los profesionales del sector legal no pueden dar la espalda a una tecnología que sin duda va a cobrar un enorme protagonismo en los próximos años».
En este sentido expuso que ya hay despachos de abogados en el metaverso y que se firman contratos en este entorno, para advertir de que ya han surgido incluso los primeros delitos en este ámbito. Visitar un despacho de abogados al otro lado del mundo será tan fácil como colocarse unas gafas de realidad virtual desde el salón de casa, dijo. A su vez enumeró algunas de las múltiples ventajas que ha traído el metaverso a los abogados. «En primer lugar, supone una excelente forma de publicitarse y de captar clientes sin fronteras en todo el mundo. Asimismo, mejorará la visibilidad a cualquier cliente. También va a ayudar a la privacidad, puesto que va a permitir en muchos casos realizar consultas en un ámbito completamente privado y lanzar dudas jurídicas a un despacho en materias extensibles como pueden ser los efectos industriales o cuestiones de competencia».
El metaverso también permitirá una inmersión en las videollamadas convencionales que estas aún no ofrecen. «Dentro de lo virtual, el contacto es mucho más cercano y la recreación de las reuniones más cercanas a la realidad física y tangible. Podemos augurar que el metaverso va a cambiar muchas cosas. Y como ha ocurrido muchas veces en la historia es una invención que va a implicar grandes preguntas, muchas de ellas jurídicas», resumió Retana.
Por ejemplo, algunas cuestiones son cómo se va a regular la entidad digital en este mundo virtual, los conocidos avatares, o qué ley se va a tener que aplicar en los distintos ámbitos del metaverso. La ponente animó a los asistentes a seguir por el camino de la innovación digital y a subirse a este tren en el momento preciso, ya que «será clave marcar diferencia y posicionaros como profesionales destacados de un mercado que es muy competitivo».
Líderes e innovadores
La ONU cifra en un 24% la brecha salarial entre hombres y mujeres. Una diferencia que supone 160 billones de euros, según cifras del Banco Mundial. Una realidad que se produce a pesar de que todas las legislaciones del mundo contienen medidas para intentar reducir esta brecha y que el 81% de las empresas del mundo afirma que reducirla es para ellas una prioridad. En este contexto de necesidad no resuelta, la Comisión de Innovación RJ 4.0 del despacho de abogados Roca Junyent presentó en 2020 Iqualex, un software de data science que permite la visualización salarial de cada organización. Además, calcula la brecha salarial de empresas y organizaciones y descubre los sesgos que la provocan para proporcionar un protocolo automatizado de medidas que ayudan a corregirla. Iqualex está dotado también de tecnología machine learning, por lo que con tiempo e información puede llegar a elaborar modelos predictivos en relación con la eficacia y coste real del despliegue de las medidas correctoras, tal y como informa el propio despacho.
Esta herramienta les valió colarse en la final mundial de Global Legal Hackathon hace dos años. La iniciativa estuvo liderada por Marlen Estévez Sanz, quien encabeza las acciones de digitalización y LegalTech en el reputado despacho. Estévez, también presidenta de la asociación Women in a Legal World, clausuró el webinario con su ponencia. «Escuchamos hablar de robótica, de inteligencia artificial, de nanotecnología, biotecnología, de computación cuántica… Desde el 2016 hemos avanzado mucho con todos estos conceptos, pero nos hemos dado cuenta de que tenemos que profundizar más porque todavía no los estamos viendo aplicados en la mayor parte de las profesiones y entre ellas es cierto que en el mundo jurídico todavía queda muchísimo por hacer», apuntó, para reconocer que hay un inmenso «océano azul de posibilidades en el sector legal».
Entre los cambios que destacó en este campo citó el del sistema de precios, en el que la mayoría de los clientes ahora pide mucho más por menos dinero, un fenómeno que ha revolucionado el sistema legal. «La segunda gran revolución vino de la liberación de los servicios jurídicos. No sé si sois conscientes de todas las fuentes alternativas que existen. No solo el sobreconocimiento que existe en la web, sino todas las firmas alternativas de servicios jurídicos que han ido emergiendo durante los últimos años. Y por supuesto la tecnología, que ha afectado a todos los sectores. Los ha revolucionado, los ha cambiado de arriba abajo. Todavía no ha sucedido esto con el nuestro. ¿Por qué a nosotros no nos va a pasar? Nos va a pasar y digo que es bueno que nos pase», asumió Estévez, que expuso algunas iniciativas puestas en práctica en el sector.
Por ejemplo, la tokenización de obras de arte, área en la que se están creando activos digitales de estas obras de arte, bien para que se puedan exponer digitalmente o bien para crear mercados específicos de arte para que tanto artistas consolidados como emergentes puedan bien financiar sus trabajos o bien venderlos. Acciones que también se están desarrollando con los clubes de E-Sports, en organismos públicos, Real Estate o en el área de resolución de controversias.
«Al final, la gran lección es que esto no va de innovación y tecnología solo. Esto va de innovadores. Tenemos que convertirnos en innovadores. La tecnología es una herramienta que tenemos, pero nos tiene que servir para ser capaces de identificar necesidades no resueltas y provocar soluciones», aseguró Estévez, quien instó a los abogados a «estar a la altura de la gran revolución que tenemos que liderar».
El vídeo íntegro de la jornada puede verse en este enlace.