Carlos B Fernández. El éxito de la carrera profesional de un abogado ya sea en un despacho o en una empresa, depende de dos factores claves: la flexibilidad para adaptarse a cualquier nuevo proyecto o entorno de trabajo, y las denominadas soft skills, o habilidades de relación, comunicación, negociación o influencia, que no son estrictamente jurídicas, pero que demanda un entorno tan cambiante e incierto como el actual.
Estas podrían ser las principales conclusiones de la mesa redonda que con el título “¿Cómo es la carrera profesional del abogado en la nueva era?”, han convocado Esade Law School y la Fundación Wolters Kluwer. Pero en la sesión también se abordaron otros interesantes temas, como la importancia de la capacidad de desarrollar el negocio, el equilibrio de la vida personal y profesional y la retención o conservación del talento por las firmas.
Abrió el acto por Cristina Sancho, presidenta de la Fundación Wolters Kluwer, quien recordó que con esta se han alcanzado ya las 36 ediciones de unos encuentros que pronto van a cumplir su décimo aniversario.
Seguidamente, Eugenia Navarro, profesora de la Marketing Jurídico de Esade Law School, introdujo la sesión destacando que la pandemia ha puesto de manifiesto aspectos del trabajo de los abogados, como la flexibilidad o el teletrabajo, que antes eran impensables. Algo que está obligando a repensar la validez de los anteriores modelos rígidos basados en la presencialidad y la experiencia en las firmas.
Para analizar estos puntos, la mesa contó con la participación de Jorge Muñoz, Head of legal de Gilead Sciences; Laia Moncosí, de Lawyers Projects; Inma Perales, Head of Legal Operations de Repsol y Blanca Rodríguez, directora de RRHH de CMS-Albiñana.
Flexibilidad y habilidades no jurídicas
Estos cuatro expertos coincidieron en la importancia de estas dos características para entender la rápida forma en que los abogados se han adoptado al nuevo contexto en el que deben realizar su trabajo.
Una flexibilidad que, según Jorge Muñoz, en combinación con el dominio de la tecnología legal y las técnicas de gestión de proyectos, permiten a los abogados encajar en cualquier nuevo proyecto de forma que, como añadió Inma Perales, sean capaces de trabajar en entornos complejos y aprovechar las nuevas oportunidades que pueden surgir.
Y unas soft skills que, como indicó Laia Moncosí, son fundamentales para el día a día del trabajo del abogado pues, como explicó Blanca Rodríguez, son las “luces largas” que les dotan de una visión estratégica en su trabajo.
En este contexto, Moncosí subrayó que la tarea de las firmas es captar talento y definir carreras, lo que implica una doble adaptación o, como añadió Inma Perales, conjugar los intereses de las compañías con los personales de cada miembro de la organización, pues puede haber personas técnicamente muy buenas pero sin habilidades directivas a las que también hay que ofrecer una carrera.
El caso de los abogados de empresa
En concreto, el desarrollo de la carrera de un abogado de empresa, desde su inicio hasta cargos directivos, indicó Jorge Muñoz, requiere de un conocimiento jurídico, básico como en cualquier otra rama del ejercicio, pero también son necesarias habilidades de comunicación, gestión y ofrecer soluciones, de carácter ejecutivo. La diferencia entre un buen abogado y un abogado de éxito está en las habilidades de comunicación, capacidad de influencia y ángulo ejecutivo en la gestión de recursos, subrayó.
En este proceso, la primera tarea de las empresas, añadió Muñoz, es identificar los talentos y fortalezas de cada uno, para después definir un plan de trabajo individualizado que permita conciliar los diferentes intereses y expectativas en juego. Y una vez puesto en marcha ese trabajo, es muy importante la generosidad en los equipos. La conciencia de trabajar para el equipo, desde la perspectiva de que si uno crece, crece todo el equipo.
Además, indicó Inma Perales, ofrecer retos flexibles y dinámicos, adaptadas a las necesidades del negocio, ayuda a sacar lo mejor de las personas. O, como señaló Moncosí, hay que dar oportunidades a las personas para que se sientan excelentes.
La capacidad de desarrollar negocio
En esta definición de carreras, el perfil del profesional integral incluye la capacidad de desarrollar negocios para su firma. Una característica que incluye también el tener visibilidad y un perfil profesional definido, acompañado de una reputación que le convierta en un nombre de referencia en un mercado cambiante.
Estos rasgos pueden no ser definitivos en sectores como los que ofrecen servicios legales en modelo externo o secondment, como es el caso de la firma de Laia Moncosí, que en cambio, indicó, precisa de otras habilidades como la empatía, el trabajo en equipo o hacer fácil lo difícil. Con todo, añadió, los abogados son muy versátiles y pueden hacer un papel excelente en muchas áreas, incluyendo esa implicación con el negocio.
La necesidad de conservar el talento
En estos mercados tan dinámicos, las firmas y las empresas tienen muy clara la importancia del compromiso con el talento, subrayó Inma Perales.
En este sentido, la mejor forma de atraer a profesionales del talento que se precisa es, según Jorge Muñoz, ofrecerles una propuesta de valor que, hoy en día, se debe basar principalmente en la flexibilidad y la conciliación. Y de ahí, añadió Blanca Rodríguez, que en los procesos de selección sea importante la transparencia y ofrecer proyectos que planteen desafíos a los candidatos.
Por su parte Laia Moncosí puso de relieve que muchos de sus abogados proceden de firmas de primer nivel y quieren seguir trabajando con ese tipo de clientes. Por ello la flexibilidad es fundamental para mantener la motivación de estos profesionales. Por el contrario, este tipo de nuevas firmas no ofrecen la estabilidad habitual de las más tradicionales, si bien, explicó, la pandemia ha hecho que sea más fácil captar un talento que antes era más difícil mover de los despachos a un modelo nuevo y desconocido, como el que ellos proponen.
La importancia de tener clara la propia carrera
Blanca Rodríguez puso de relieve un importante factor a la hora de que un abogado se plante desarrollar su carrera en un despacho y que, además de lo que la firma o la empresa puede hacer por esa persona, está lo que esa persona puede hacer para sí misma. Algo que requiere definir lo más claramente posible las metas que se quieren alcanzar, teniendo en cuenta que, en todo caso, en las firmas, la carrera hasta la sociatura está muy pautada y no es compatible con una utilización intensiva del teletrabajo, pues requiere preferiblemente un modelo híbrido.
En palabras de Inma Perales, lo anterior significa que cada profesional debe tener un rol activo en su propio desarrollo, pues, al final, la decisión sobre el camino a seguir en cada caso, está en uno mismo. Y precisamente este es el proceso más difícil.
De hecho, explicó Laia Moncosí, en los últimos tiempos se está apreciando que hay mucho profesional que en un momento determinado decide tomar las riendas de su carrera, compatibilizándola con otras actividades distintas, a partir de la reflexión sobre qué quieren ser o hacer el día de mañana.
Formación y diversidad
Por último, los expertos subrayaron la importancia de estos factores.
La formación porque, como indicó Eugenia Navarro, muchos jóvenes salen de las facultades sin noción de cómo es realmente su profesión, porque durante su carrera no se les ha formado en esa realidad, dando prioridad a los aspectos puramente técnicos de su aprendizaje.
Con todo, añadió Blanca Rodríguez, se ha producido una evolución clara en este sentido, sobre todo en comparación con años anteriores. Muchos candidatos llegan ahora a los despachos después de haber pasado por foros de empleo, han hablado con otros abogados y tienen más claras las salidas que les ofrece la profesión. Y aunque muchos siguen sin saber quién quieren ser, la clave cree que está en aprovechar las oportunidades que ofrece el máster de acceso.
Y en cuanto a la diversidad, Rodríguez indicó que, aunque ha aumentado la concienciación sobre el tema, todavía hay mucho camino que recorrer. Así, aunque a las firmas llegan una mayoría de candidatas mujeres, siempre subyace el tema de la maternidad, que dificulta de algún modo la evolución de las carreras.
Ello sin olvidar que, como recordaron Jorge Muñoz e Inma Paredes, las empresas cada vez exigen mayor diversidad a los despachos y muchas de ellas lo tienen en cuenta a la hora de contratar con una nueva firma.