Los despachos afrontarán años de importantes cambios en su organización, motivados por la revolución tecnológica. Es lo que en el mundo jurídico todos conocen como la revolución del «legaltech». En esta carrera, las firmas de abogados han dado un paso al frente para afrontar su transformación digital definitiva y cambiar el modo en el que trabajan en el día a día. Sobre este asunto se habló en el Encuentro Legatech LA LEY que se celebró el pasado jueves 17 de marzo en la Fundación Pons. La sesión estuvo moderada por Alejandro Sánchez del Campo, consejero de innovación y legaltech de Wolters Kluwer Legal & Regulatory España.
Las Big Four están fomentando relaciones de partnership con asesorías jurídicas para dar respuesta a los retos jurídicos y organizacionales que vienen. La misión es trascender el papel de mero prestador de servicios legales y fiscales. Se trata de un fenómeno que ya tiene su reflejo en la abogacía. Sin ir más lejos, a nivel nacional, Écija integró hace un año a Revamp Law, una legaltech especializada en el ámbito de la consultoría tecnológica y de operaciones legales.
Fuera de España, Ashurst lanzó su propia unidad de consultoría y Baker McKenzie dio luz verde a Reinvent para ofrecer servicios relacionados con legal Project management. Por su parte, Allen and Overy desarrolló su propio hub para impulsar la cultura de innovación en el sector legal.
Trabajo en equipo
Como destaca Yolanda González, abogada y delegada de protección de datos en Cepsa, las necesidades de las asesorías jurídicas de empresa han evolucionado. Ahora ser business partner del negocio y organizar el trabajo por proyectos se ha convertido en algo esencial. En su opinión, hay que repensar la forma de trabajar con los abogados externos y cuestionarse si tiene sentido pagar por horas, o en cambio, por el valor recibido.
También es de vital importancia, remarca la experta, definir con detalle las expectativas despacho-cliente y dibujar indicadores (KPIs) alineados. En Cepsa han creado un nuevo departamento de legal operations para trabajar en este sentido, siguiendo la estela de otras grandes corporaciones como Telefónica o el Banco Santander.
Mejorar la eficiencia
Por su parte, Noemí Brito, directora del área de legal operation transformation services (LOTS), así como del área de digital law en KPMG Abogados, explica cómo su firma ayuda a la transformación digital de los departamentos jurídicos y a mejorar su eficiencia, sobre todo en el área fiscal.
La letrada remarca que, en esta evolución, cobran importancia los procedimientos automatizados para nombrar consejeros, las plataformas para gestionar plantillas, para asignar tareas y priorizar lo urgente. La recopilación de datos y métricas (basados y extraídos de sistemas de ticketing) permite mejorar la eficiencia de los procesos. La explotación de modelos legales, agrega Brito, despunta ya como otro área de expansión.
Brito señala dos palancas de cambio. En primer lugar, la reciente promulgación de la Carta de Derechos Digitales (LA LEY 16317/2021). En segundo término, el fomento de las actividades de formación y sensibilización en las empresas, donde se busca el cambio de chip para pensar de forma «más digital» y enfocada al cliente.
Por último, y como contrapunto, en el debate se ha recordado que la digitalización es un proceso largo y complejo, donde no hay magia ni atajos. Se presentarán dificultades y problemas y los bufetes tendrán que lidiar con estos obstáculos, pero con pequeños retos alcanzables que vayan permitiendo, día a día, esa transformación. Para alcanzar el objetivo, concluyeron los expertos, la abogacía tendrá que reinventarse.