Los días 20 a 22 del próximo mes de abril se celebra el Congreso de Mediación y ADR en el Colegio de la Abogacía de Barcelona bajo la idea de diálogo y equilibrio frente a la vulnerabilidad.
Nuestra visión durante este año, se ha dirigido hacia las personas y colectivos vulnerables. En este ámbito, como en tantos otros, consideramos que la mediación puede tener un papel clave para gestionar las situaciones de conflicto.
Podríamos plantearnos porqué la abogacía debe tener una mirada hacía la mediación. Es, en realidad, una cuestión que se suscita frecuentemente dentro de los propios foros profesionales.
Y, vinculado a ello, si la abogacía institucional, los Colegios profesionales, han de participar e impulsar, este ámbito.
El Centro de Mediación del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) cumplió su décimo aniversario el pasado mes de noviembre. Su constitución fue resultado de la apuesta por la solución pacífica de las controversias, y la convicción del carácter jurídico de las cuestiones que se suscitaban y requerían acudir a los Tribunales, que no podía dejar indiferente, ni al margen, a la abogacía. Esta percepción, ha ido ganando firmeza con el transcurso de estos años.
Más allá incluso, hemos ido perfilando nuestras obligaciones deontológicas, como abogados, profesionales del derecho, comprendiendo que tenemos atribuida la tutela jurídica de los intereses de la ciudadanía, de las personas físicas o jurídicas, y que ello comporta analizar adecuadamente, las opciones y vías por la cual se puede conseguir la satisfacción de aquellos intereses con el menor coste posible.
La abogacía tiene no sólo la capacidad sino la obligación de abordar, en cada caso, el camino más adecuado para defender los intereses que tiene encomendados. Los Códigos deontológicos y la transparencia exigen a los profesionales facilitar una visión global y conciliadora, siempre que ello resulte posible.
A la valoración puramente económica o de riesgo por el posible resultado de un procedimiento judicial, hay que añadir otras cuestiones que son, sin duda, relevantes para las personas incursas en una controversia.
Preservar relaciones personales, familiares, mercantiles, de vecindad, laborales,,, supone un activo para las personas, que puede verse gravemente afectado en un proceso contencioso. Exponer las motivaciones, necesidades, y sentimientos ante una situación de crisis, es una opción que tampoco será normalmente posible ante un Tribunal.
Finalmente, el pronunciamiento de terceros suele percibirse por los interesados como una imposición difícilmente satisfactoria y que dará salida a muchas cuestiones que se encuentran en la base del conflicto.
Actualmente, hemos iniciado una nueva etapa en la cual potenciamos el conocimiento, junto a la mediación, de otros métodos adecuados de gestión de conflictos. Consideramos necesario explorar todas las opciones que puedan facilitar individualmente o de forma combinada, un espacio en el cual tratar las cuestiones y, siempre que resulte factible, resolverlas.
Hablamos de mediación, pero también de: conciliación, facilitación, derecho colaborativo, justicia restaurativa y por qué no, también de negociación.
Hablamos de soluciones multipuertas, que nos pueden permitir pasar de una opción a otra y aprovechar diferentes recursos para llegar a esa finalidad.
También valoramos la conveniencia de comunicar y hacer visible la adecuación de estos métodos no únicamente en áreas concretas, como los asuntos civiles o de familia, sino en realidad, en la mayor parte de ámbitos como pueden ser el mercantil, laboral, administrativo o incluso penal, a través de la justicia restaurativa.
Se nos abre así, un amplio espectro, a analizar por los profesionales y a facilitar a la ciudadanía.
Los días 20 a 22 del próximo mes de abril celebraremos el Congreso de Mediación y ADR en el Colegio de la Abogacía de Barcelona bajo la idea de diálogo y equilibrio frente a la vulnerabilidad.
Nuestra visión durante este año, se ha dirigido hacia las personas y colectivos vulnerables. En este ámbito, como en tantos otros, consideramos que la mediación puede tener un papel clave para gestionar las situaciones de conflicto.
Resulta especialmente relevante, por cuanto estamos pensando en supuestos en los que hay normalmente una parte con una posición más débil y falta de recursos para poder afrontar per se la defensa de sus intereses. Pueden ser supuestos en que se encuentren personas mayores, menores, familias con riesgo de exclusión residencial, o incluso colectivos afectados ante una administración.
Podría poner un ejemplo. En ocasiones se facilitan soluciones como puede ser la asignación de viviendas sociales, pero ello se efectúa sin tener en consideración los diferentes perfiles de las personas y familias que pueden tener que llegar a convivir en una misma comunidad. La consecuencia, y así ha sucedido, es generar conflictos de convivencia. En estos casos, se han utilizado procesos de mediación que tienen en consideración elementos de multiculturalidad y pluralidad, que han funcionado muy bien para conseguir una conseguir una cohesión suficiente y preservar la convivencia.
A través del proceso de mediación, el profesional mediador que intervenga en cada caso, no pueda asumir el rol de defensor de los intereses de una de las partes, pues la neutralidad resulta un elemento fundamental, pero sí que puede, utilizando las herramientas propias del proceso, y la metodología adecuada, conseguir un espacio equilibrado que permita llegar a una comunicación y a un auténtico diálogo.
Queremos reivindicar esa función de aportación en la construcción social para la mediación, haciendo visible cómo puede ayudar también en estos casos.
En general, no obstante, percibimos un importante desconocimiento y recurso a estos medios. La difusión resulta fundamental para que se conozcan estas opciones y se recurra a las mismas.
Y, cuando hablamos de temas de vulnerabilidad, además de trabajar para garantizar el conocimiento, el soporte que deben prestar las administraciones deviene fundamental para que las personas puedan preservar sus intereses y gestionarlos a través de vías pacíficas.