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La Comisión Europea da un paso importante contra los residuos electrónicos y las molestias que los consumidores experimentan debido a la prevalencia de diferencias e incompatibilidades entre los ca...

La Comisión Europea da un paso importante contra los residuos electrónicos y las molestias que los consumidores experimentan debido a la prevalencia de diferencias e incompatibilidades entre los cargadores para dispositivos electrónicos (23 septiembre 2021)

  • 8-10-2021 | Unión Europea
  • Tras años trabajando con el sector sobre la base de un enfoque voluntario, se redujo el número de cargadores de teléfonos móviles de treinta a tres en la última década, pero no pudo conseguir una solución completa. Ahora, la Comisión presenta una propuesta de Directiva a fin de establecer una solución común de carga para todos los dispositivos pertinentes.

Antecedentes

Desde 2009, la Comisión ha intentado limitar la fragmentación del mercado de las interfaces de carga para teléfonos móviles y dispositivos similares. Sin embargo, estas iniciativas solo dieron lugar a regímenes voluntarios que no son jurídicamente vinculantes y, por tanto, no garantizan una aplicación coherente y uniforme.

En junio de 2009, a petición de la Comisión, los principales productores de teléfonos móviles acordaron firmar un memorando de entendimiento sobre la armonización de los cargadores de teléfonos móviles con capacidad de datos que se comercializan en la UE. Los signatarios acordaron elaborar una especificación común basada en la interfaz USB 2.0 micro-B, lo que permitiría una compatibilidad de carga plena con los teléfonos móviles comercializados posteriormente.

El memorando de entendimiento redujo la fragmentación del mercado y trajo consigo una armonización casi mundial. Su aplicación dio lugar a una reducción efectiva del número de soluciones de carga para teléfonos móviles de treinta a solo tres. Sin embargo, el memorando de entendimiento también permitía el uso de interfaces de carga de propiedad exclusiva, y un importante fabricante de teléfonos móviles continuó (y continúa) utilizando una solución de este tipo, lo que impide la plena interoperabilidad. Además, el memorando de entendimiento nunca abordó los problemas medioambientales derivados de la existencia continuada de esas interfaces de carga y esos protocolos de comunicación de carga diferentes.

Sin la actuación de la UE, se espera que persista esta fragmentación del mercado de las interfaces de carga y de los protocolos de comunicación de carga y que sigan sin abordarse los impactos ambientales.

Desde la expiración del memorando de entendimiento en 2014 (tras dos cartas de renovación), la Comisión Europea ha intentado fomentar la adopción de un nuevo acuerdo voluntario. En marzo de 2018, tras varias rondas de debate entre los fabricantes pertinentes e intercambios de puntos de vista con la Comisión, el sector propuso un nuevo memorando de entendimiento sobre una futura solución común de carga para teléfonos inteligentes. Sin embargo, la Comisión no consideró satisfactorio el nuevo memorando de entendimiento, ya que no se ajusta a los objetivos de armonización de la UE, que pretenden limitar la fragmentación de las soluciones de carga (tanto las interfaces de carga como los protocolos de comunicación de carga) para teléfonos móviles y equipos radioeléctricos similares. El nuevo memorando de entendimiento propuesto seguía permitiendo soluciones de propiedad exclusiva (medios de conexión específicos de cada vendedor), las cuales la Comisión ya no considera justificadas a la vista de las ventajas técnicas que ofrece la introducción de la interfaz USB tipo C.

En este contexto, la Comisión puso en marcha en 2018 un estudio de evaluación de impacto para una posible propuesta destinada a aplicar una solución común para cargar los teléfonos móviles (y posiblemente otras categorías o clases similares de equipos radioeléctricos). Si bien el objetivo original de esta iniciativa era aumentar la comodidad de los consumidores, el estudio concluyó que la imposición de una interfaz común de carga y de un protocolo común de comunicación de carga en los equipos radioeléctricos (teléfonos inteligentes, pero posiblemente también tabletas, cámaras, lectores, etc.), al tiempo que se fomenta o impone la venta por separado (es decir, el suministro al usuario final del equipo radioeléctrico sin el dispositivo de carga), beneficiaría a los consumidores y reduciría los residuos electrónicos. El estudio llegó a la conclusión de que la armonización de la interfaz de carga por sí sola (en el caso de los equipos radioeléctricos cargados por cable, dicha interfaz es el receptáculo de carga) no lograría la plena interoperabilidad de la carga. De hecho, actualmente existen distintos protocolos de comunicación de carga y no todos garantizan el mismo rendimiento de carga si se utiliza un dispositivo de carga de otra marca. Además, el estudio llegó a la conclusión de que tener un dispositivo de carga común para diversos tipos de equipos radioeléctricos podría aumentar la comodidad de los consumidores en general. Por lo que se refiere a la carga inalámbrica (más generalmente, la tecnología de carga distinta de la carga por cable), el estudio llegó a la conclusión de que, si se produjera algún avance en la tecnología de carga inalámbrica, esto podría cuestionar la lógica de una solución de un conector común, al reducir significativamente la pertinencia de las soluciones de carga por cable en general. A la luz de estas conclusiones, en octubre de 2020 la Comisión puso en marcha dos estudios complementarios sobre la venta por separado de teléfonos móviles y dispositivos electrónicos portátiles similares y tecnologías de carga inalámbrica, con el fin de reforzar la base empírica de la propuesta.

En enero de 2020, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que pedía la adopción urgente de una norma sobre un cargador común para teléfonos móviles a fin de evitar una mayor fragmentación del mercado interior. En concreto, la resolución pedía a la Comisión que adoptara una medida legislativa, si fuera necesario, para establecer un cargador común. También instaba a la Comisión a que velara por que los consumidores dejen de estar obligados a comprar cargadores nuevos con cada nuevo equipo radioeléctrico y por la introducción de medidas de venta por separado (consistentes en el suministro de equipos radioeléctricos sin dispositivo de carga al usuario final) con una solución común de carga, ya que de lo contrario no se lograría el objetivo de reducir el volumen de dispositivos de carga producidos al año y, de esta forma, reducir los residuos electrónicos.

La adaptación del programa de trabajo de la Comisión para 20203 afirma expresamente que habrá una nueva propuesta sobre cargadores comunes para teléfonos móviles y categorías o clases similares de equipos radioeléctricos. Con el fin de alcanzar el objetivo último de un cargador común y como condiciones previas para que la venta por separado sea significativa y logre un impacto, los tres estudios justificativos llevados a cabo concluyeron que el equipo radioeléctrico debe integrar: una interfaz armonizada de carga en el equipo radioeléctrico (el receptáculo de carga en el caso de los equipos radioeléctricos cargados por cable), una interoperabilidad común mínima de la carga mediante un protocolo de comunicación de carga armonizado e información detallada sobre los requisitos de carga del equipo radioeléctrico.

Propuesta de Directiva

Con la presente propuesta de revisión de la Directiva sobre equipos radioeléctricos, se armonizarán el puerto de carga y la tecnología de carga rápida: el USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces portátiles y videoconsolas portátiles. Además, la Comisión propone la venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos. Esto aumentará la comodidad de los consumidores y reducirá la huella ambiental que implica producir y eliminar cargadores, apoyando así las transiciones ecológicas y digitales.

La presente propuesta tiene por objeto evitar la fragmentación del mercado en lo que se refiere a las interfaces de carga y los protocolos de comunicación de carga, mejorar la comodidad de los consumidores y reducir los residuos electrónicos. En particular pretende:

Un puerto de carga armonizado para los dispositivos electrónicos : el USB-C será el puerto común, lo que les permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con el mismo cargador USB-C, independientemente de la marca del dispositivo.

La armonización de la tecnología de carga rápida ayudará a evitar que los distintos fabricantes limiten injustificadamente la velocidad de carga y contribuirá a garantizar que la velocidad de carga sea la misma cuando se utilice un cargador compatible para un dispositivo.

La venta por separado de los cargadores y los dispositivos electrónicos podrán adquirir un nuevo dispositivo electrónico sin un cargador nuevo. Con ello se limitará el número de cargadores no deseados adquiridos o sin utilizar. Se calcula que, al reducir el número de cargadores nuevos que se producen y eliminan, la cantidad de residuos electrónicos disminuirá en casi mil toneladas anuales.

Una mejora de la información dirigida a los consumidores : los recibirán que facilitarán información pertinente sobre el rendimiento de carga, incluida información sobre la potencia requerida por el dispositivo y si admite carga rápida. Esto facilitará que los consumidores comprueben si los cargadores que ya cumplen los requisitos de su nuevo dispositivo o les ayudarán a seleccionar un cargador compatible. Junto con las demás medidas, esta acción podría contribuir a que los consumidores limiten el número de nuevos cargadores adquiridos, y les ayudaría a ahorrar 250 millones de euros al año en compras innecesarias de cargadores..

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