La vacunación contra el coronavirus continúa a buen ritmo. El 45,3% de la población española, más de 20 millones de personas, ya ha recibido al menos una dosis y tres de cada diez españoles cuentan ya con la pauta completa. En este contexto, el pasado 15 de junio, la Comisión de Salud Pública dio luz verde a la vacunación de tres nuevos grupos de edad, el grupo 11, de personas entre 30 y 39 años, el 12, de 20 a 29, y el 13, de entre 12 y 19 años. La población de este último grupo abarca las etapas de la ESO, además de algunos de Bachillerato o FP y suma casi cuatro millones de personas.
Este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuntaba a que de cumplirse las autorizaciones previstas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) podrían iniciar la vacunación de los estudiantes de Secundaria y Bachillerato «dos semanas antes del comienzo del curso académico». «Sin duda, un paso decisivo para la tan ansiada recuperación de la normalidad académica y social será la vacunación de nuestro alumnado», añadió en un acto en La Moncloa en homenaje a la comunidad educativa.
¿Sin mascarillas en clase?
Pocos días atrás, la ministra de Educación y Formación Profesional manifestaba en una entrevista en TVE su deseo de que los alumnos mayores de 12 años pudieran iniciar el próximo período lectivo inmunizados y que incluso se suprimiese la obligatoriedad de portar la mascarilla y mantener la distancia de seguridad dentro del aula para mitigar la propagación del coronavirus.
«Esperemos que en septiembre incluso podamos prescindir de ella —de la mascarilla- porque la vacunación lo permita», apuntó Celaá, quien cree que el comienzo de la inmunización podría comenzar durante las jornadas iniciales del curso 2021/2022. «En septiembre, en la primera semana del curso, para tenerlos a todos juntos», como precisó.
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El procedimiento se podría incluso llegar a realizar en los propios centros educativos, a instancias de las comunidades autónomas, aunque será Sanidad quien tenga la última palabra.
Desde que el SARS-CoV-2 hizo acto de presencia el pasado año, han muerto más de 80.000 personas, según los datos del Ministerio de Sanidad. Las muertes por coronavirus se cuentan por miles solo a partir de los grupos de edad de más de 40 años. Pero en el caso de los niños y adolescentes, han perdido la vida desde junio de 2020 13 de los de entre 10 y 19 años, cinco de los de entre 5 y 9 años, y cuatro menores de cinco años, según los datos del Instituto de Salud Carlos III.
Los contagios en centros educativos se han mantenido en niveles bajos durante todo el curso académico. El criterio del Gobierno ha sido el de mantener las aulas abiertas durante todo el año lectivo, incluso en los momentos más duros de la pandemia, y a diferencia de lo que han hecho la mayoría de los países de nuestro entorno, que han efectuado cierres temporales.
El director de la OMS pide no emplear las vacunas en esa franja de edad y enviarlas a países pobres
«El impacto en la actividad educativa es bajo», señala en el informe sobre la situación del coronavirus del 19 de junio el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), que dirige el epidemiólogo Fernando Simón, en el que se apunta a que la mayoría de los brotes de coronavirus en las aulas ocurren en Educación Secundaria, seguida de Primaria. Durante la última semana, por ejemplo, hubo 79 brotes en centros y otros 14 de «ámbito mixto» asociados también al ámbito escolar. El porcentaje total de aulas cerradas esa semana fue del 0,2%, «continuando la tendencia descendente con respecto a las semanas anteriores».
Esta baja mortalidad, unida a que los casos de hospitalización, tanto en UCI como fuera de ella, tampoco son muy altos, perfilan el escenario de que «las aulas son seguras», el mensaje que se ha trasladado desde las distintas administraciones durante todo el curso. Esta situación ha llevado a que se plantee en todo el mundo el debate de si es más conveniente vacunar a los niños o emplear las vacunas para destinarlas a otros países donde el acceso a las mismas es muy escaso.
Baleares y Cataluña ponen sobre la mesa el vacunar en los propios centros
«Un puñado de países ricos, que compraron la mayor parte del suministro de vacunas, ahora se están vacunando grupos de menor riesgo. Entiendo que algunos quieran vacunar a sus niños y adolescentes, pero ahora mismo los insto a que lo reconsideren y, en su lugar, donen vacunas a Covax (el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19), ya que en los países de ingresos bajos y medianos bajos, el suministro de vacunas no ha sido suficiente ni siquiera para inmunizar a los profesionales sanitarios», apuntaba el mes pasado el propio director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien instaba a los países con mayor número de vacunas a no gastarlas en esa franja de edad y las destinaran a países pobres, donde hay incluso buena parte de los sanitarios que no han sido inmunizados todavía.
España sí está donando vacunas a otros países, lleva meses enviando lotes a varios de ellos, pero en paralelo todo indica que el proceso de vacunación de los mayores de 12 años se implantará igualmente. En la línea del ejecutivo central, seis comunidades autónomas ya han anunciado que quieren vacunar a los alumnos de esta franja de edad antes de que arranque el próximo curso. Son Extremadura, Andalucía, Aragón, Baleares y Cataluña. Estas dos últimas además han expresado su disponibilidad para que las inmunizaciones se produzcan en los propios centros educativos.
A finales del mes de mayo, la EMA dio luz verde al uso de la vacuna de Pfizer para los mayores de 12 años, convirtiéndose en la primera vacuna que supera la prueba en el caso de los adolescentes europeos. Tras la aprobación a nivel europeo, ahora los estados tienen el poder de decidir qué hacen, aunque en última instancia son los padres los que deben decidir sobre si sus hijos son inoculados con la vacuna o no.
Pfizer había anunciado los resultados de un ensayo realizado a 2.260 adolescentes de entre 12 y 15 años y las conclusiones arrojaron que los efectos eran muy similares a los causados en adultos. La farmacéutica americana ya está realizando pruebas a niños pertenecientes a la franja que abarca desde los seis meses hasta los 11 años. Por su parte, Moderna, AstraZeneca y Jansen también están probando los efectos de la vacuna en niños actualmente, pero por ahora no hay resultados. En todos los casos las dosis que se están inoculando son menores que en las de los adultos.