Cargando. Por favor, espere

Beatriz Hoya de María: «La mejor manera de estar preparados para un futuro desconocido es invertir en capacidades tecnológicas y, sobre todo, humanas»

Beatriz Hoya de María: «La mejor manera de estar preparados para un futuro desconocido es invertir en capacidades tecnológicas y, sobre todo, humanas»

  • 3-6-2021 | Wolters Kluwer
  • Con ocasión de la presentación del informe «Abogado del Futuro 2021: Más allá de la pandemia», Diario LA LEY ha realizado una serie de entrevistas a destacados representantes nacionales de la abogacía y la empresa, sobre el futuro inmediato que espera al sector legal en nuestro país, cuyas conclusiones se recogen en el propio informe. Te ofrecemos a continuación una de las entrevistas realizadas con este motivo.
Portada

Directora Área de New Law, PWC

Recientemente se ha dado a conocer el informe de Wolters Kluwer  «Future Ready Lawyer 2021»  («Abogado del Futuro 2021»).

Este documento, elaborado en base a una encuesta realizada a 700 profesionales del sector jurídico de 10 países de Europa y EEUU, incluida España, analiza las principales tendencias que van a condicionar el futuro del ejercicio de la Abogacía, a tres años vista y cómo se van a preparar, tanto despachos como asesorías jurídicas corporativas, para conseguir mejorar su rendimiento en un contexto tan cambiante como el presente.

Con motivo de la publicación del informe, Diario LA LEY ha realizado una serie de entrevistas a destacados representantes nacionales de la abogacía y la empresa, sobre ese futuro inmediato que espera al sector legal en nuestro país, cuyas conclusiones se recogen también en el informe.

A continuación, recogemos las opiniones que, al respecto, nos ha trasladado Beatriz Hoya de María, Directora del área de New Law de PWC.

El informe «Abogado del Futuro 2021» puede descargarse en este enlace.

¿Qué impresión tiene del impacto que ha producido hasta ahora la pandemia en los profesionales del Derecho, y cuál cree que puede ser ese impacto de cara al futuro?

El COVID19 ha causado un fuerte impacto en nuestra sociedad y la profesión legal no es una excepción. Como abogados, nuestra función principal es ayudar a nuestros clientes a gestionar sus problemas y la pandemia nos ha forzado a hacerlo mientras enfrentábamos los nuestros propios, en un entorno de enorme incertidumbre, en el cual la inseguridad no solo ha sido sanitaria sino también económica y jurídica. Haber conseguido acompañar a nuestros clientes, dando respuesta a sus necesidades y manteniendo su confianza en una situación tan extraordinaria ha requerido un ingente esfuerzo humano, técnico y tecnológico y es algo de lo que deberíamos sentirnos orgullosos.

La crisis derivada de la pandemia ha acelerado la transformación digital en el ámbito legal —que hasta 2020 llevaba cierto retraso frente a otros sectores de la economía— y, cambiado la forma en la que los abogados realizan su trabajo.

Desgraciadamente, la pandemia y las dificultades económicas derivadas de la misma, no han acabado. Estamos obligados a continuar imaginando nuevas formas de conectar con los clientes, de ofrecer soluciones a sus problemas reales y de aportar valor, no creo que sea posible hacerlo sin pasar por un proceso de digitalización de nuestros equipos y servicios.

¿Cuáles considera que son las características clave de las organizaciones que han resistido bien la crisis?

Desde el punto de vista financiero, la diversidad de la cartera de clientes ha permitido a algunas firmas de servicios legales resistir en un entorno de crisis que ha resultado extremadamente duro para algunos sectores de nuestra industria como el turismo o la hostelería y ha tenido un impacto desigual también a nivel territorial tanto dentro como fuera de España. Además, aquellos que cuentan con varias líneas de servicio y un amplio portfolio de productos y soluciones han visto menos afectados sus resultados que muchos negocios de nicho.

Desde el punto de vista operativo, las organizaciones que se encontraban más avanzadas en su proceso de transformación digital han partido con una enorme ventaja al comienzo del proceso: en marzo de 2020 simplemente el hecho de contar con herramientas de trabajo colaborativo, plataformas de reuniones virtuales y sistemas de gestión de información y documentación en la nube suponía la diferencia entre la posibilidad de continuar trabajando «normalmente» o prácticamente paralizar la actividad.

¿Qué áreas del sector legal cree que se enfrentarán a una mayor disrupción en el futuro —para bien o para mal— y por qué?

La transformación digital en el ámbito legal se apoya en ciertas herramientas básicas: plataformas colaborativas, almacenamiento en la nube, automatización de tareas y procesos. Este tipo de herramientas tienen un impacto decisivo en la forma de prestación de los servicios recurrentes —entendidos como de cumplimiento y limitado valor añadido—: los clientes no continuarán aceptando enfoques «tradicionales» para estos servicios mucho más tiempo.

Otros factores como la facilidad de creación de aplicaciones «low code» para gestión de procesos, la funcionalidad de herramientas de inteligencia artificial para procesar grandes volúmenes de información y la capacidad de explotación del dato, hacen que la exigencia de articular los servicios legales a partir de la tecnología se vaya extendiendo a áreas consideradas históricamente de mayor valor añadido, como el M&A y el asesoramiento contractual.

Adicionalmente, nuestra economía se encuentra aún en shock, es más que probable que se produzca un importante aumento de la litigiosidad y de los concursos de acreedores. Se trata de un ámbito en que la tecnología lleva tiempo siendo crítica en proyectos de gran volumen. En la situación post-pandemia esta forma de gestión dejará de ser puntual para convertirse en habitual.

¿Qué cambios realizados durante la pandemia piensa que se van a mantener?

Creo que la mayoría de los cambios en la estructura y organización de los equipos, así como en la utilización de la tecnología, han venido para quedarse: en el ámbito mercantil-societario, por ejemplo, la extensión del uso de la firma digital, el voto telemático o las reuniones virtuales, etc., se mantendrán, y más aún cuando se transponga la Directiva de digitalización del derecho de sociedades.

La pandemia ha intensificado también los cambios que veníamos viendo en los intereses y motivación de los profesionales más junior y la exigencia de una mayor flexibilidad que, añadido a la situación de incertidumbre del entorno, ha incrementado la rotación y convertido la retención del talento en una de las cuestiones más críticas. Aunque probablemente se estabilice en los próximos meses, creo que es una tendencia que también ha venido para quedarse.

¿Cree que alguna de las tendencias relacionadas con la pandemia en el sector jurídico se verá revertida tras la crisis?

En este punto conviene recordar la ley de Amara: «tendemos a sobrestimar el impacto de una tecnología en el corto plazo y a subestimarlo en el largo plazo». Es posible que a día de hoy pensemos que algunas de las tendencias tecnológicas que hoy aparecen en todos los artículos sobre «Legal Tech» y en los omnipresentes podcasts y webinars desaparecerán en unos meses en cuanto volvamos a la antigua normalidad, pero es poco probable que ocurra: la realidad es tozuda y tras la desilusión que seguramente supondrán la implantación de herramientas de CLM que no sustituyen a la asesoría jurídica, el software de inteligencia artificial que resulta no hacer por sí solo una «due diligence» o el sistema de gestión de operaciones legales que no consigue reducir la factura de los proveedores externos al 50%, terminemos asumiendo que trabajar en el ámbito jurídico sin el apoyo de estas tecnologías es tan imposible como volver a la máquina de escribir y el papel carbón como copia de seguridad.

¿En qué área de actividad de la profesión jurídica cree que va a tener mayor valor/impacto la Inteligencia Artificial en el futuro?

La inteligencia artificial ya está demostrando una gran utilidad en el análisis de grandes volúmenes de información. Existen soluciones de mercado enfocadas en el sector legal que ofrecen unas funcionalidades extremadamente interesantes para el análisis documental y que son capaces de reducir de forma significativa el tiempo empleado por los abogados en tareas técnicamente complejas. No hay que esperar al futuro para ver el impacto de esta tecnología en el análisis contractual, ya sea en el ámbito del «M&A» o en relación con el diagnóstico y gestión de riesgos a nivel interno; en el «e-discovery» relacionado con investigaciones de competencia o «forensics» e incluso en «chatbots» o asistentes jurídicos, que son capaces de analizar consultas, efectuar el triaje de las mismas y dar respuesta en diferentes áreas.

El rápido desarrollo de esta tecnología y su capacidad de aprendizaje y predicción hacen que sea clave en la definición del futuro de nuestra profesión. Puede que aún estemos lejos de que la IA decida el sentido de una sentencia, pero ya se toman decisiones relativas a la conveniencia o no de instar o continuar un proceso judicial basándose en la probabilidad de uno u otro fallo determinado por la jurimetría.

¿Qué otras tecnologías «punteras» considera que son fundamentales para el éxito de los profesionales del Derecho?

Data & Analytics y automatización de procesos y tareas. Creo que en unos cuantos años nos parecerá tan imposible contratar un abogado que no sepa tratar y visualizar datos o configurar un BPM como hoy nos resultaría leer un Curriculum Vitae de un candidato que no domina el inglés.

Una vez superada la crisis, ¿cuáles son las tres cosas más importantes que pueden hacer los bufetes de abogados y las asesorías internas de empresa para pasar de la supervivencia a la prosperidad?

Considero que lo más importante, tanto en el ámbito interno como en el de los despachos, es realizar un análisis estratégico: qué hago ahora y qué valor aporto a mis clientes, qué debería estar haciendo para dar mejor respuesta a sus necesidades, qué debería dejar de hacer y, sobre todo, qué riesgos estoy asumiendo en los próximos años si no cambio nada.

Este análisis no puede esperar a que la crisis esté superada, lo urgente no debería preceder a lo importante y si esperamos a que pase la pandemia seguramente no veamos venir la siguiente complicación...

El segundo paso es realizar un análisis de capacidades: qué medios (humanos, materiales y tecnológicos) necesito para conseguir avanzar hacia donde necesito llegar y qué coste estoy dispuesto a asumir.

Por supuesto, el tercer paso es empezar a realizar esos cambios de forma inmediata y a acometer las inversiones necesarias en la medida de las posibilidades de cada organización: no hay mejor forma de no avanzar que esperar un buen momento para realizar un cambio.

¿Qué cree que podrían hacer las organizaciones ya mismo para prepararse para la próxima crisis?

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que no sabemos a qué se parecerá la próxima crisis y que podemos tener que enfrentarnos en cualquier momento a lo que solo unos días antes considerábamos imposible, por eso la mejor manera de estar preparados para un futuro desconocido es invertir en capacidades: tecnológicas y, sobre todo, humanas. Cuanto más capaces seamos de adaptarnos a los cambios del entorno, las normas o la tecnología, cuantas más ágiles seamos para innovar, crear nuevas soluciones, y aprovechar el conocimiento adquirido en unas áreas para desarrollar otras especialidades y negocios, más sencillo nos resultará enfrentarnos a retos que hoy ni siquiera somos capaces de imaginar.

En este sentido la inversión más importante que puede emprenderse en este momento es en la capacitación digital de nuestros equipos desde una doble vertiente. En primer lugar, que los abogados, y muy especialmente los más experimentados, tengan un conocimiento básico de las tecnologías más relevantes y cómo están cambiando no solo el trabajo legal sino y, sobre todo, el negocio de nuestros clientes y la sociedad en sí. En segundo lugar, es crítico que los abogados —ya desde la universidad— y durante toda su carrera profesional integren en su formación la «alfabetización digital»: la capacidad de entender distintas tecnologías (data & analytics, automatización de procesos, inteligencia artificial) y de aplicarlas en su día a día.

Consulta otras entrevistas realizadas con motivo del informe «Abogado del Futuro 2021» / «Future Ready Lawyer 2021»

- José Medina y Cristina Retana, responsables de Tecnología e Innovación de Wolters Kluwer Legal & Regulatory España, respectivamente. Accede aquí a la entrevista.

- Noemí Brito Izquierdo, socia del Área de Tecnología, Innovación y Economía Digital de Ceca Magán Abogados. Accede aquí a la entrevista.

- Alberto Galán Civantos, Chief Technology Officer de Deloitte Tax & Legal. Accede aquí a la entrevista.

Queremos saber tu opiniónNombreE-mail (no será publicado)ComentarioLA LEY no se hace responsable de las opiniones vertidas en los comentarios. Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista.
Introduce el código que aparece en la imagencaptcha
Enviar
Scroll