Según un estudio realizado por la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE), el 30% de los jóvenes españoles tiene contemplada la creación de startups que brinden servicios a problemáticas de su comunidad. Y es que, por ejemplo, existen varias razones por las cuales Andalucía podría haberse convertido en la comunidad autónoma con un mayor número de jóvenes con intenciones de crear sus propias empresas en lugar de buscar empleo como trabajadores por cuenta ajena.
Esta tendencia hacia el emprendimiento ha despertado el interés de expertos y analistas, quienes señalan diversos factores que podrían explicar este fenómeno. En primer lugar, la cultura empresarial arraigada en esta comunidad autónoma y su rica tradición de emprendimiento podrían estar fomentando el espíritu emprendedor entre los jóvenes. Asimismo, la existencia de políticas y programas de apoyo específicos, además de estar identificando oportunidades económicas y necesidades locales sin satisfacer, lo que les impulsa a crear proyectos que brinden soluciones innovadoras a estos problemas. De hecho, los datos en todo el país demuestran que trabajar por cuenta propia está en auge.
El número de autónomos en España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. En el mes de marzo de 2022 se cifraban 3.323.536, un 1,40% más que en el mismo mes de 2021, lo que supone un aumento de 46.036 personas. La afiliación de trabajadoras autónomos ha crecido en un total de 325.730 (10,71%) desde su cifra más baja en febrero de 2013, según datos de la Seguridad Social. Además, observando los datos de abandono escolar en nuestro país también vemos que el emprendimiento es una de las opciones con más salidas y con unos condicionantes que gustan mucho a los jóvenes. Según datos del Ministerio de Educación, tras dos años de pronunciada caída influida por la pandemia (1,2 y 2,7 puntos porcentuales en 2020 y 2021, respectivamente), la tasa se ha reajustado con un ligero aumento de 0,6 puntos. El 78,7% de población de 20—24 años ha alcanzado al menos la segunda etapa de Secundaria, 15,7 puntos porcentuales más que en 2012 y cada vez más próximo a la media europea (84,6% en 2021). Además, cabe destacar que el 50,5% de la población de 25 a 34 años ha alcanzado la Educación Superior. Destacan las mujeres con una tasa del 57%, muy por encima de los hombres, con un 44,1%.
Germinar la semilla
Y es que, en los últimos años, España ha despertado el espíritu emprendedor desde edades más tempranas para germinar esa semilla emprendedora en las mentes jóvenes. Desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional hasta organizaciones como junior Achievement, se han desarrollado programas que despiertan la chispa emprendedora en los estudiantes. Miniempresas Educativas permite a los jóvenes visionarios crear y dirigir sus propias compañías en un entorno educativo, brindándoles la oportunidad de aprender sobre conceptos empresariales, habilidades de liderazgo y trabajo en equipo, y toma de decisiones cruciales. Una verdadera aula de negocios en miniatura, donde el talento florece y las ideas toman forma.
En el mes de marzo de 2022 había 3.323.536 autónomos, un 1,40% más que en el mismo mes de 2021, lo que supone un aumento de 46.036 personas. La afiliación de trabajadoras autónomos ha crecido en un total de 325.730 (10,71%) desde su cifra más baja en febrero de 2013, según datos de la Seguridad Social
Por su parte, Eduemprende se ha convertido en un faro de inspiración para maestros y estudiantes de primaria y secundaria. Este innovador programa proporciona recursos y materiales didácticos que encienden la imaginación y empoderan a los jóvenes emprendedores a través de proyectos prácticos y desafiantes. Aquí, las aulas se transforman en semilleros de creatividad y ambición, donde las ideas se convierten en realidad.
Pero la aventura emprendedora no se limita solo a las etapas educativas iniciales. En el ámbito universitario, el programa Emprende tus prácticas abre las puertas del mundo empresarial a los estudiantes más audaces. A través de prácticas en startups y empresas innovadoras, los jóvenes emprendedores se sumergen en un océano de posibilidades, aprendiendo de primera mano las habilidades necesarias para triunfar en el competitivo mundo de los negocios.
Deberes
No obstante, el fomento del emprendimiento en los colegios de España sigue siendo un lienzo en blanco en algunos lugares. Si bien el país ha avanzado en esta dirección, la implementación y el alcance de estas iniciativas varían según la región y el centro educativo. Pero, en general, se reconoce la importancia de nutrir el espíritu emprendedor entre los jóvenes, ya que se considera un catalizador para el crecimiento económico y la innovación en España.
Irene Milleiro, directora general de Ashoka España, indica que cada vez hay «más organizaciones que brindan apoyo en las fases de ideación y de incubación de proyectos. Algunas de esas organizaciones se pueden encontrar en Emprend.es, asociación de la que Ashoka también forma parte. Pero lo más importante: que persevere. Si algo hemos visto en los 40 años de Ashoka es que emprender requiere determinación y perseverancia. Hay que aprender de los errores, corregir y seguir».
Hace un par de años, Ashoka y la revista Playground lanzaron una encuesta a la que respondieron más de 13.000 jóvenes entre 15 y 30 años y cuyas conclusiones iban en consonancia con el informe de CEAJE del que se hablaba al comienzo. El 93% de ellos consideraban que el sistema educativo responde poco o nada a las necesidades del futuro. Por tanto, aunque haya muchas ganas de cambiar el sistema y generar nuevas empresas con una mirada diferente, aún hay mucho que mejorar para promover una educación emprendedora y transformadora.
Por su parte, Francisco Javier Brioso, responsable de coordinación de Centros educativos de I´m Growlaber de CESUR, Asociación de Empresarios del Sur de España, asegura que «todo el fomento va a depender del profesorado. Sabemos que cuando trabajamos esta área con los alumnos a edades tempranas, por ejemplo, en Primaria, se involucran mucho más y se va cultivando el espíritu emprendedor. Cuanto antes comencemos, más interiorizado estará». Desde la Asociación de empresarios del Sur de España, CESUR, han puesto en marcha un programa de emprendimiento para centros escolares de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. I´m Growlaber, que este curso ha cumplido seis ediciones, no es solo un concurso, ya que implicamos a grandes empresarios para que sean un referente y fomenten entre escolares valores intrínsecos al emprendimiento, como es el esfuerzo, la constancia o la capacidad de superación y de colaboración y trabajo en equipo.
«Debemos tener en cuenta que los alumnos de hoy quieren conocer la aplicación práctica de los conocimientos que aprenden. Consideramos que, si se trabajan conceptos económicos, estadísticas o cuentas de resultados sin ninguna aplicación práctica, la motivación del alumno será baja», añade Brioso.
Paradigma de aprendizaje
Por ejemplo, en el colegio Estudio se fomentan las habilidades que los alumnos necesitarán para su vida personal y profesional. En el día a día del colegio se ofrece una formación integral, donde el alumno parte de su curiosidad y la transforma en conocimiento, en un entorno que estimula su creatividad y la formación en valores sólidos. El aprendizaje se construye a través de la propia experiencia, la curiosidad, la creatividad y el esfuerzo por el trabajo bien hecho. En «Estudio» se busca que afloren en los niños diversas facultades como la facultad de ver, siendo conscientes de lo que ven, analizar, relacionar conocimientos, deducir consecuencias, expresarse en todas sus posibilidades: oral, escrita, gráfica, musical, artística, etc. Estos conocimientos y forma de trabajar son experiencias sólidas que permiten a los alumnos adquirir habilidades esenciales para su desarrollo futuro. Específicamente se fomenta el emprendimiento directamente mediante tres asignaturas: Miniempresas, Innovación empresarial, o Mun—Metodología de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, en los proyectos de Miniempresas lo que tratan los alumnos es la creación de una empresa, atribución de cargos y departamentos (dirección, tesorería, finanzas, diseño, producción, marketing, etc.). Se crean y se venden acciones a inversores, se diseña el producto, se busca proveedores y se produce y se exporta. Terminado el proceso, se liquida la empresa y, con los beneficios, la parte correspondiente a los impuestos se dona a una ONG y el resto se reparte como dividendos.
En Innovación empresarial, una vez aprendido el funcionamiento de una empresa tradicional, se aprende sobre las técnicas de innovación que permiten que una empresa sobreviva en un entorno en el que los cambios revolucionarios se producen con una frecuencia creciente.
Y, en Mun—Metodología de las Naciones Unidas, se trabaja la oratoria, el liderazgo, el trabajo en equipo y la negociación. Durante las clases los alumnos reciben talleres formativos (argumentación, comunicación no verbal, discurso, tips de negociación…) y participan en debates internos sobre temas de actualidad nacional e internacional, aprendiendo las técnicas de debate de diplomáticos de la ONU.
Luis Jerónimo, director del colegio Estudio y Daniel Huertado, director de Factoría Estudio, aseguran que es fundamental fomentar este emprendimiento. Debe hacerse «desde diversas perspectivas. Desde el cultivo y práctica de determinadas habilidades que forman a las personas de forma integral y que están encaminadas a lograr una convivencia guiada por el respeto y el afecto».
Perfil español
En los proyectos de Miniempresas los alumnos crean su propia empresa, con atribución de cargos y departamentos (dirección, tesorería, finanzas, diseño, producción, marketing...)
El emprendedor en España tiene de media 42 años, pero esta media se ha visto influida en gran parte por una gran cantidad de profesionales que, a raíz de la crisis, han decidido emprender como forma de encontrar el autoempleo. Además, históricamente, ha habido una brecha de género, con una mayor participación de hombres que de mujeres como emprendedores. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un incremento significativo de ellas.
El informe 21—22 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) para España distingue entre emprendedores potenciales, emprendedores recientes y emprendedores consolidados. La mayoría de los emprendedores potenciales se sitúan entre los 25 y los 44 años, y en el caso de los recientes, entre los 35 y los 54. Aunque, en el último período, se puede observar una tendencia descendente en el número de emprendedores recientes de 25 a 34 años y vemos, por otra parte, un repunte de aquellos entre los 45 y los 54.
Como apunta Joaquín Danvila del Valle, responsable del departamento de Formación y Desarrollo Digital del IEB, en cuanto a la parte económica que se necesita para comenzar un nuevo negocio propio destaca que «en contra de lo que mucha gente piensa, si estamos pensando en emprender con un negocio de servicios, que no requiera producción o activos físicos, no tiene por qué requerir gran cantidad de capital inicial, pudiendo lanzarse un negocio perfectamente con el capital social mínimo». «En IEB nos encontramos con alumnos que emprenden y que, una vez que el producto ya está en marcha, acuden a financiarse, pero que comienzan sus negocios desde cero», añade.
No obstante, las partidas de salarios iniciales, o la inversión necesaria en tecnología y marketing y comunicación digital, marcan las necesidades para que un proyecto funcione y además logre monetizarse a través de operativas comerciales.
Si no hay una cultura financiera entre los más jóvenes, o por lo menos, eso indican los informes, ¿hay cultura de emprendimiento? Históricamente ocurre exactamente lo mismo...y en cuanto a tendencias volvemos a tener una situación similar en ambos terrenos. Las crisis de los últimos años han empujado el crecimiento también en las dos áreas, afirman desde esta escuela de negocios.
Según los datos del informe GEM España 21—22 sobre el capital semilla requerido para la puesta en marcha y desarrollo de proyectos nacientes en España, la mitad de ellos están por debajo de los 18.000€, y el valor más frecuente son los 10.000€.
Hoy en día, «estamos pasando de generaciones que querían trabajar en la misma gran empresa durante 40 años, a unos jóvenes que ven con buenos ojos cada vez más, montar su propia empresa o embarcarse profesionalmente en el proyecto emprendedor de otro profesional», sostiene Danvila del Valle. En España, no obstante, seguimos mayoritariamente tendiendo a buscar seguridad y estabilidad en empresas de gran tamaño e incluso en la administración pública como empleador, pero cada día son más los jóvenes que, gracias a una formación adecuada, quieren emprender casi desde sus inicios profesionales.
Xavier Soler, Head of Senior School de Gresol International—American School, afirma que el Bachillerato Internacional está contribuyendo a cambiar la mentalidad predominante hacia una perspectiva más colaborativa. «La educación internacional, con su enfoque en el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración, está preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo actual y futuro, con la responsabilidad de velar por el planeta y contribuir a crear un mundo mejor y más pacífico».
Sin embargo, es importante reconocer que el cambio hacia una sociedad más colaborativa no se dará de la noche a la mañana. «Requiere un esfuerzo conjunto de diferentes actores sociales, no solo en el ámbito educativo, sino también en la familia, la comunidad y la sociedad en general», añade.