Pueden cambiar las leyes educativas y las situaciones de aprendizaje sustituir a los temas de toda la vida. Las pizarras digitales han arrinconado a las tizas, las ‘tablets’ se han convertido en material escolar y en las aulas se imparten contenidos como programación y pensamiento computacional. En las escuelas se suceden los cambios, pero la herramienta principal del docente sigue siendo la misma que en la Antigua Grecia: la voz. Y pese a ese papel fundamental, por lo general el personal docente no cuida ni es consciente de la importancia de la voz (hasta que la pierde).
Lo reconoce Alba Vaquer, maestra de música en un colegio de Mallorca, que desde que comenzó las clases este curso empezó a tener problemas recurrentes para hablar. Hasta que en enero llegó a un punto insostenible, de encontrarse «realmente mal» y no poder hablar. A través de una conocida se enteró de que la conselleria de Educación balear ofrece a los profesionales de los colegios e institutos públicos un servicio de logopedia.
Las sesiones con la logopeda y las formaciones impartidas por una asesora técnica vocal constituyen la «joya de la corona» del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Personal Docente (SPRL) del Govern balear, que es el único en España que pone a disposición de sus profesores este servicio para cuidar y tratar la voz. Rafel Castell, responsable médico de este servicio puesto en marcha en 2020, razona que es totalmente lógico ofrecer esta atención ya que, recuerda, los nódulos que causan la disfonía (cambio en el timbre habitual) y la afonía (pérdida total de la voz) son la única enfermedad profesional que tiene reconocido este colectivo.
Alba Vaquer comenzó a trabajar con la logopeda Esperança Mulet en sesiones semanales, que luego fueron espaciando. La maestra ha participado toda la vida en corales y asegura saber «colocar» la voz para cantar, pero fue Mulet quien le enseñó a «colocarla» para hablar, a eliminar los malos hábitos y a instaurar los buenos en cuanto a respiración, postura… Entre las recomendaciones de la logopeda está el calentar bien antes de hablar, asegurarse una buena hidratación de las cuerdas vocales y no perder de vista la necesidad de reposar la voz, de buscar momentos para permanecer en silencio. Mulet confirma que en general los docentes no se cuidan bien ni son conscientes de que son profesionales de la voz hablada, como los cantantes, los locutores o los actores. «Un actor habla durante dos horas ante un público en silencio y predispuesto y en un espacio con una buena acústica, y nunca se le ocurriría subir al escenario sin calentar», señala la logopeda, «mientras que un profesor habla igual durante cinco horas seguidas de clase, ante un público no tan silencioso y en un espacio que a veces no tiene la mejor de las acústicas, y sin embargo por lo general no calienta ni se prepara la voz».
Según una encuesta en la que participaron 700 docentes, más del 80% de estos profesionales han tenido algún problema de voz en su carrera
¿Qué prevalencia tienen las dolencias vocales en este grupo profesional? Hay estudios que arrojan datos muy dispares, del 17 al 75%. Mulet estima que al menos la mitad del profesorado tendrá problemas de voz a lo largo de la carrera profesional. La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL—CCC) difundió el pasado 16 de abril (Día Mundial de la Voz) que según una encuesta en la que participaron 700 docentes, más del 80% de estos profesionales han tenido algún problema de voz en su carrera (los de Educación Infantil son los que más acusan estas dolencias). Los profesores y maestros vinculan estas lesiones a que hablan muy alto para vencer ambientes ruidosos y mucho tiempo seguido, y además la mayoría admite que no ha acudido nunca al especialista para estas cuestiones (ni al otorrinolaringólogo ni al logopeda). Según esta encuesta, un tercio de los profesionales de la enseñanza ha estado de baja por un problema de voz.
La logopeda del servicio de Prevención de Riesgos Laborales recomienda a los docentes estar atentos y actuar ante cualquier cambio que noten al hablar y aconseja acudir al especialista si están más de tres días afónicos o si presentan disfonía más de una semana o de una manera recurrente. Si es necesario, Mulet propone también hacer una adaptación del puesto de trabajo, como espaciar las horas de clase o incluso usar un micrófono.
Trucos
Para no tener que llegar a eso, la labor de la logopeda se complementa con la de Pilar Riera, asesora técnica vocal que recorre los centros impartiendo cursillos y charlas de sensibilización. Básicamente, Riera insiste en una serie de consejos básicos (hidratarse, descansar, calentar bien antes de empezar la jornada, canturrear, hacer relajaciones…). «Hay profesores que se han acostumbrado a hablar gritando, llegan a sus casas después de clase y su familia le tiene que decir que hablen más flojo», señala la especialista, que tiene un máster en patología de la voz pero también es profesora de Secundaria y sabe de lo que habla: «Si hay mucho ruido en clase, aconsejo hablar más lento en vez de más alto», señala. Cree que esta información que ella da a los profesores (que demandan cada vez más sus cursillos) debería estar presente sí o sí en la formación inicial de los docentes.
La logopeda del servicio de Prevención de Riesgos Laborales recomienda a los docentes estar atentos y actuar ante cualquier cambio que noten al hablar y aconseja acudir al especialista
No todas las comunidades autónomas cuentan con un servicio de prevención de riesgos laborales específico para los docentes como el de Balears, que gestiona también los accidentes profesionales, ofrece evaluaciones del estado de salud y que, durante la pandemia, cobró un papel fundamental para proteger a los docentes más vulnerables y elaborar los protocolos pertinentes ante la vuelta a las aulas. Además de destacar por su servicio de logopedia único en todo el país, a partir de septiembre también será referente al incorporar una psicóloga clínica. Según el director médico, Rafel Castell, han dado este paso al considerar fundamental atender la salud mental del colectivo y poder gestionar los conflictos psicosociales que surgen en los centros educativos, así como los casos de estrés, ansiedad, depresión o síndrome de «burn out».
Cabe recordar que según la memoria del Defensor del Profesor (figura creada por el sindicato ANPE) el curso 2020—21 atendieron a 1.690 docentes en toda España por problemas relacionados con el bienestar emocional: el 77% de los docentes presentaban ansiedad (cuatro puntos más que el curso anterior); un 11% tenía depresión y un 10% se hallaba en situación de baja laboral por estas cuestiones.