Interesante, sin mucha novedad, necesario, un paso valiente o menos exigente. Son algunos de los calificativos que han empleado los docentes sobre el nuevo examen de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), el cuál reflejará los cambios introducidos por la LOMLOE en el sistema educativo, esto es, que el aprendizaje sea menos memorístico y que haya una mayor aplicación de lo aprendido a situaciones de la vida real.
Los nuevos currículos académicos se centran en consolidar las competencias de los estudiantes, lo cual conlleva nuevas metodologías de enseñanza y de evaluación. De ahí el cambio en el modelo de examen de la EBAU. El Ministerio de Educación y FP ha explicado en una nota de prensa que «la prueba servirá para ajustar y armonizar los exámenes», para adaptar «los nuevos currículos» del Bachillerato y para avanzar «hacia un modelo más competencial».
En el pilotaje han participado 50 centros educativos de 10 comunidades autónomas (todas excepto Madrid, Castilla y León, Euskadi, Galicia, Andalucía, Aragón o Murcia) y, en ella, los estudiantes han realizado únicamente dos ejercicios. El primer examen ha sido de una materia común (en 20 colegios se evaluó Lengua y Literatura; en 10, Inglés; y en 20, Filosofía), mientras que el otro ha sido de una materia obligatoria de la rama de Bachillerato que estén cursando (Dibujo Artístico, Latín, Humanidades y Ciencias Sociales, Matemáticas).
Ignacio, profesor de Filosofía: «No se ha arriesgado lo suficiente»
«¡Ya era hora!», exclama Ignacio, profesor de Filosofía de un instituto navarro, «no se podía seguir más tiempo con un modelo de aprendizaje y evaluación de hace décadas». Destaca que hacía ya falta un cambio profundo, aunque cree que «no se ha arriesgado lo suficiente» para plantear realmente un examen más innovador. No obstante, valora positivamente el cambio de un modelo memorístico a otro competencial, «donde se ponga en desarrollo todo lo aprendido en los cursos».
El profesor afirma que a sus alumnos les ha gustado más el nuevo examen, ya que «tener que sacar ideas de tu parte es más interesante, mientras que estudiar de memoria es un rollo», cuenta que le han indicado. Un examen en el que han tenido que analizar dos imágenes desde una perspectiva filosófica. En una de ellas, el alumnado ha tenido que reflexionar sobre el medio ambiente, la generación de basuras y el impacto que tiene en la sociedad, en la otra, ha sido una viñeta de un rinoceronte pintando cuadros. «Es positivo que el examen no se limite a soltar un “parrafazo” sobre el pensamiento de un autor de hace siglos», sentencia Ignacio.
Matemáticas sin fórmulas o Lengua sin análisis sintáctico
Luis Alberto lleva 20 años dedicándose a la docencia y preparando a sus alumnos de Matemáticas de un instituto de Valencia para la prueba de la Selectividad. «Cada año exigen menos», lamenta y critica que «ya se den hasta las fórmulas matemáticas» en el examen
Luis Alberto lleva 20 años dedicándose a la docencia y preparando a sus alumnos de Matemáticas de un instituto de Valencia para la prueba de la Selectividad. «Cada año exigen menos», lamenta y critica que «ya se den hasta las fórmulas matemáticas» en el examen. Esta prueba de la EBAU planteaba a los alumnos problemas complejos con datos reales y para resolverlos se les daba a los estudiantes las fórmulas para que las apliquen, siguiendo el modelo de la Universidad.
El profesor, aunque ve positivo que se potencie la reflexión y la aplicación práctica de conceptos, cree que no por ello se debe «menospreciar la función memorística». Además, ha expresado sus dudas sobre el impacto real de la prueba y su alcance, «principalmente porque 7 autonomías no han participado», incluso duda de si se llegará a implementar, «por las profundas discrepancias que tienen algunos sectores con la LOMLOE».
Otra de las novedades, que en el examen de Lengua no haya que hacer un análisis sintáctico de una oración, no es mal vista por Sara López, profesora de la materia en Bachillerato. Sus alumnos no han participado en la prueba piloto, no obstante, ella ha podido cotejar las novedades que incluiría en su asignatura.
«Me parece una propuesta interesante que se valore la competencia de los alumnos a la hora de elaborar textos críticos», señala y que cree que «la mejor manera de observar si un alumno sabe de sintaxis y de ortografía es ver si escribe correctamente un texto».
A pesar de los cambios, considera que el planteamiento general del examen es el mismo y «no hay grandes novedades sustanciales». Apoya la idea de que tengan que razonar más y memorizar menos, ya que con ello se comprobará que «realmente dominan la materia». Más dudas expresa a la hora de la corrección de los ejercicios, «hay respuestas que entran en el terreno de lo subjetivo», y augura que va a haber problemas si no se unifican criterios.
Enunciados más largos, a prueba la comprensión lectora
El alumnado cuenta con más tiempo para realizar cada examen. El tiempo sube de 90 minutos a 105 para que tengan más tiempo para leer los enunciados, considerablemente más largos, y para escoger qué opción van a realizar. «No entiendo la necesidad de poner enunciados tan largos», expone Luis Alberto, «puede generar más nervios al alumno y confusión».
Sara no está de acuerdo y cree que los enunciados más largos pondrán a prueba la comprensión lectora. «Entender un enunciado es básico, no solo para acceder a la Universidad, sino para enfrentarse a diversas situaciones de la vida, como firmar un contrato o una hipoteca», replica. Remarca que el tiempo es suficiente para que los estudiantes realicen el examen con tranquilidad y dediquen tiempo a leer con detenimiento.
El profesor de Filosofía no ve mal que haya enunciados largos, ya que considera que las claves del nuevo examen serán la comprensión y la interrelación de contenidos. Por ello, su sugerencia es que la nueva EBAU apueste por incorporar más preguntas de reflexión, interpretación y asociación de textos o imágenes. «Así el aprendizaje será más duradero que con la exposición de contenidos memorísticos», concluye.
Las pruebas han ido acompañadas de unos cuestionarios para que los estudiantes pudieran opinar sobre la estructura del examen y sus contenidos. También, alumnos y profesores han realizado entrevistas personales con miembros del Ministerio. El informe con las conclusiones se dará a conocer en julio y, con base a ello, se establecerá el modelo de prueba definitivo para comenzar a implantar la nueva EBAU de forma progresiva a partir de 2024.