Fernando Boillos es profesor universitario y docente de Ciencias Sociales y Lengua y Literatura en el Colegio Sant Josep Carmelitas Misioneras de Barcelona. Licenciado en Comunicación y graduado en Educación Primaria con especialidad en Literatura y Creatividad. Doctorando en Humanidades de la Universidad de La Rioja. Ha trabajado como periodista en los servicios informativos de Telecinco o Antena 3 hasta que dio el salto al mundo de la Educación. Entusiasta de las nuevas tecnologías de la información, coaching educativo, gamificación e innovación. Formador de claustros en metodologías activas en diferentes países y apasionado de las redes sociales y los social media y su poder en la educación y en la sociedad. Su labor docente ha sido reconocida siendo finalista en diferentes premios educativos en los últimos años.
¿Cómo influye venir del mundo de la comunicación en la carrera como docente?
Pienso que te ofrece una óptica muy especial. Tenemos mucho que aportar sobre todo a la hora de fomentar el espíritu crítico en el alumnado. Pero además somos polivalentes. Conozco muchos casos como el mío. El perfil del periodista—docente cada vez está más demandado. Hay que tener en cuenta que los colegios también son organizaciones y comunican al exterior. Y un profesional que tenga ese doble perfil es muy demandado dentro del sector educativo. Posicionar al centro como una marca es cada vez más importante. La diferenciación es una realidad cada día más presente en las instituciones educativas y cada vez más de ellas tienen departamentos de comunicación y marketing.
Además de eso, a nivel individual, ese conocimiento y esa forma de hacer que te dan los medios de comunicación no se olvida, simplemente se transforma. La innovación educativa va de la mano de la comunicación. Antes un docente cerraba la puerta del aula y nadie, excepto sus alumnos, sabía lo que hacía. Ahora esa realidad ha cambiado, las paredes han desaparecido y las redes sociales nos ayudan facilitando el proceso; se han convertido en un lugar donde crecer, desarrollarte y ayudar a otros docentes.
¿Qué papel ha jugado la comunicación en su creación y desarrollo?
Pienso que forma parte de mi ADN y no lo puedo remediar. Me ayuda a ser mejor docente y a llegar al alumnado de mejor manera. La comunicación es la gran asignatura pendiente. Se conoce la importancia de la comunicación, pero en los currículos de las leyes se habla de ella de manera competencial y muchas veces es transversal. Y como es algo tan importante, se pierde por ser tan genérico. Es algo a trabajar en todas las asignaturas, pero eso hace que no sea propio de ninguna. Considero que debería haber una asignatura de comunicación. Ayudaría a despertar el espíritu crítico, a conocer cómo funciona la manipulación de los medios y de la política. Pero, además, ayudaría a crear consumidores más exigentes, preparados y menos conformistas. El problema es que igual a las élites del poder no les convienen ciudadanos así. La verdad, es que me encantaría que tuviera más protagonismo dentro de las leyes educativas. En el perfil de salida del alumno siempre se habla de ser buen comunicador, tener capacidad crítica… pero luego no se introduce como una asignatura evaluable, como si pasa en otros sistemas educativos.
¿Cuáles son los principales cambios que han observado en el ámbito educativo en el último lustro?
«Los docentes cada vez son más partidarios de acabar con un modelo caduco. La sociedad ha cambiado y es obligatorio que las clases y la forma de darlas cambien también»
Pienso que el principal cambio está en los profesores y maestros. Los docentes cada vez son más partidarios de acabar con un modelo caduco. La sociedad ha cambiado y es obligatorio que las clases y la forma de darlas cambien también. Tengo claro que este cambio ha partido de las aspiraciones de cada uno, en ese afán de innovar desde el aula de clase. Einstein ya decía que «si queremos resultados distintos, no podemos hacer siempre lo mismo» y los docentes nos hemos cansado de formar parte de un sistema obsoleto. En los últimos años. la situación actual en el aula está dando un giro en las escuelas de todo el mundo. El paradigma de la Educación está cambiando y las clases ya no se reducen a escuchar al docente. Llevo más de 8 años dando formación al profesorado, no solo en España, sino en otros países como Costa Rica, Mexico, Guatemala o Panamá y en todos ellos se puede ver ganas de hacer las cosas de manera diferente. El mundo educativo quiere cambios y se ha cansado de esperar a que los legisladores se pongan de acuerdo.
Por mi parte, mis sesiones son clases donde priorizo al estudiante y sus necesidades. Intento trabajar por proyectos y retos donde el alumno sea el eje de su propio aprendizaje. Para ello, utilizo gamificación, aprendizaje basado en juegos, destrezas de pensamiento, escape rooms, realidad aumentada, realidad virtual y todas aquellas herramientas metodológicas que me ayuden a conseguir lo mejor de ellos. Pero no estoy solo, cada vez más profesores y maestros intentan hacer las cosas diferentes.
¿Qué beneficios tiene para los alumnos la educación activa?
Hablamos de Educación activa cuando nuestro alumnado se siente y es el protagonista de su aprendizaje, llevando a la práctica y a la vida real todo aquello que va aprendiendo, creando interacciones positivas con sus iguales y poniendo en marcha una serie de habilidades sociales que lo hace competente en todos los ámbitos. Es por estos motivos, por lo que la Educación activa debe estar presente en nuestras aulas. Este tipo de educación ayuda a mejorar los procesos de aprendizaje para hacerlos más cercanos, flexibles y adaptables. Así se consigue llegar a un alumno cada vez más heterogéneo. La educación activa fomenta la personalización del aprendizaje y sin duda los alumnos se ven beneficiados. Eso sí, siempre con un maestro innovador capaz de guiar todo este proceso, acompañando, facilitando y ofreciendo oportunidades en todo momento. La neurociencia avala este tipo de educación y nos anima a seguir por este camino, ya que los estudios demuestran que el aprendizaje de nuestros alumnos mejora. Aprender haciendo es el presente y el futuro y la educación bulímica de aprender y vomitar conocimientos es cosa del pasado.
¿Es necesario que los centros de enseñanza innoven?
Pienso que la innovación en un centro educativo debería ser obligatoria. La innovación educativa ha llegado para cambiar el paradigma en la educación. La sociedad ha cambiado y es obligatorio que las clases y la forma de darlas cambien también. Desde el rol del profesor al rol del alumno. Pienso que es necesario poner en el centro del sistema al alumno para que éste sea el protagonista de su propio aprendizaje y para llegar a ese punto, las metodologías deben cambiar. Esto no quiere decir que tengamos que olvidar la clase magistral, pero si quiere decir que los docentes contemos con muchas más herramientas que consigan hacer de nuestros alumnos futuros ciudadanos con espíritu crítico, competentes y preparados. La sociedad del conocimiento deja claro que memorizar por memorizar no sirve de mucho si no desarrollan habilidades y competencias. Parece que los legisladores educativos se van dando cuenta de esto y poco a poco va cambiando todo. Pero parte del problema justamente es que va como he dicho «poco a poco». La escuela debería ir por delante de la sociedad y muchas veces, por desgracia ocurre lo contrario.
¿Consideras que es necesaria una mayor innovación didáctica para aprovechar las nuevas tecnologías aplicadas a la educación?
«Los expertos lo dejan claro: el uso de las nuevas tecnologías en el aula estimula el aprendizaje y puede dar lugar a métodos pedagógicos más efectivos y que arrojan mejores resultados»
Los expertos lo dejan claro: el uso de las nuevas tecnologías en el aula estimula el aprendizaje y puede dar lugar a métodos pedagógicos más efectivos y que arrojan mejores resultados. Además, amplían los límites de las posibilidades educativas y hacen que el proceso de enseñanza—aprendizaje pueda ser más personalizado y en definitiva más eficaz. Sin embargo, hay que tener claro que la tecnología debe ir de la mano de la metodología y si esto no sucede nunca nos otorgará esos beneficios que todos esperamos. Por esta razón, debemos crear una pedagogía y una didáctica sobre la tecnología, su uso e implementación en el aula. Para ello, lo primero que debemos tener claro es que las TIC no son la solución a un problema educativo o un caso concreto, pero son un excelente medio para conseguir un cambio metodológico. Además, con el uso de las tecnologías se multiplican y diversifican las soluciones. Además, podemos ver que se convierten en oportunidades para conseguir una mejora en los procesos de enseñanza gracias a su interdisciplinariedad.
¿El alumno es receptivo a los enfoques y proyectos de Innovación Educativa?
En mi experiencia muchísimo. Si tú pones en el centro del sistema al alumno. Te adaptas a su realidad, sus gustos, sus necesidades… ¿Cómo no van a ser receptivos? Es cierto que todo proceso de cambio requiere un proceso de adaptación, pero en seguida puedes observar como la autonomía del alumno aumenta. Lo complicado es conseguir un buen diseño en las experiencias de Aprendizaje o como lo llama la LOMLOE situaciones de aprendizaje. Se deben diseñar pensadas para que los alumnos puedan adquirir los conocimientos, destrezas y habilidades deseadas. Esto requiere tiempo y dedicación para que realmente sea efectivo. Y por supuesto el profesorado debe formarse para poder hacer frente a una realidad cambiante que consiga motivar al alumno.
Cuando se pone en práctica un proyecto ¿es fácil verificar su eficacia? ¿Se hace un seguimiento de comparación de resultados académicos o de rendimiento del estudiante que lo ha seguido?
Los que llevamos años en el mundo educativo y hemos vivido el cambio de paradigma podemos ver los resultados. Yo podría poner ejemplos de cómo los proyectos han mejorado el aprendizaje de mis alumnos. Pero como hemos dicho todo necesita un proceso y el cambio real no se ve en los primeros pasos, sino cuándo se ha implantado el proceso en un centro y se desarrolla de manera conjunta en todo un claustro. Ahí es donde se ven los cambios. Por supuesto, es necesario una evaluación holística del proceso de esnseñanza—aprendizaje del alumnado y del profesorado de manera interna y externa. Tuve la suerte de trabajar más de 10 años en un colegio pionero en metodologías activas e innovación en Soria que cada año se posicionaba mejor en rankings externos como «PISA for Schools». Ahí pude comprobar su eficacia de primera mano, por eso creo tanto en que el cambio es posible.
¿Qué papel juegan las familias para fomentar la innovación en sus hijos?
Las familias son y han de ser las grandes aliadas de la escuela. Debemos potenciar su participación en las aulas. Pienso que es un error dejarlas fuera. La escuela ha de estar abierta a las familias y junto a ellas trabajar para conseguir el desarrollo integral del alumno. Hablar de familia y escuela es hablar de corresponsabilidad, de colaboración y participación. Pienso que cada vez son más las familias que desean formar parte activa de esta realidad, por esta razón debemos crear y potenciar canales de comunicación que nos permitan llegar a ellas para crear las tan ansiadas comunidades de aprendizaje. Pero no solo las familias deben formar parte de este proceso sino toda la comunidad educativa y el entorno.
¿Qué consejo daría a los profesores que están empezando quieran empezar a desarrollar comunidades de aprendizaje en su centro?
Una Comunidad de Aprendizaje es un modelo educativo basado en los principios y prácticas de inclusión, igualdad y diálogo. Parece algo sencillo, pero no lo es. Mi consejo para esos docentes sería formarse e informarse. Tener una mente abierta y desaprender procesos heredados. Conseguir cambiar las cosas no es sencillo y necesitarán el apoyo de su institución. De todas maneras, no creo en las recetas mágicas. Cada centro es un mundo e incluso yo diría que un microcosmos…Por lo tanto, lo mejor es que analicen su entorno, prioricen objetivos y elaboren un plan de acción adaptado su realidad. Las sociedades y las instituciones a veces también necesitan planes individualizados.
¿Qué competencias consideras que se van a pedir a los alumnos que dentro de pocos años se incorporen al sistema laboral?
Ese es el reto del docente, preparar al alumno para un mundo que todavía no existe. Vivimos en un permanente estado de cambio, y la sociedad del conocimiento en la que vivimos está demandando cada vez más nuevas capacidades y competencias en nuestros alumnos. La Educación del futuro debe ser de clases personalizadas, de grupos más reducidos donde se trabajan competencias y destrezas, donde las habilidades como la inteligencia emocional tienen cada día más importancia. La escuela debe tener nuevos y diferentes espacios, en ella se fomenta la creatividad, el emprendimiento y se trabaja en colaborativo. Todo lo que llamamos habilidades blandas van a ser cada vez más importantes.